El Tiempo en Corrales de Buelna,Los

15 noviembre 2010

ESTO ES LO QUE HAY….

MUJERES, HOMBRES Y VICEVERSA
El gimnasio al que asisto ha aplicado la prudente máxima de economizar energía y ha unificado las saunas de hombres y mujeres, ahorrándose inteligentemente el 50% de consumo eléctrico. El otro día, me dirigí a la sauna y comprobé que estaba llena de hombres mientras que la representación femenina la componía una sola mujer. Esta mujer joven y maestra, según nos relató ella misma, nos hizo ver a los hombres que nos encontrábamos dentro, el sentir propio y supongo que también el del resto de señoras ausentes, alegando que se sentía molesta por tener que compartir ese habitáculo con nosotros. Los presentes la hicimos ver que no debía temer nada por nuestra presencia ya que desde el colegio hasta en la playa compartíamos espacios comunes y hasta hubo quien jocosamente dijo que la unificación de dicho servicio, bien hubiera podido estar financiado por el mismísimo Ministerio de Igualdad.
Me viene a la memoria que hace poco disfrutábamos del verano y es frecuente ver mujeres que pasean desafiantes sus pechos por la playa, esperando que alguien haga algún comentario desaprobatorio de tal actitud, para descargar sobre él todo el peso de sus poderosos “argumentos femeninos”.
Si alguien, ante lo antagónico de ambas actitudes, piensa que las mujeres lo primero que tendrían que hacer es ponerse de acuerdo entre ellas, que son volubles, que no hay quien las entienda y que siempre estarán descontentas, debe abandonar inmediatamente esos misóginos pensamientos, producto de una educación represiva de épocas pasadas, así como de una herencia cultural machista y por lo tanto nada progresistas.
En cuanto a los varones que se sepan comportar en la sauna y en cualquier parte, delante de mujeres, hombres, niños y ancianos, si no quieren tener problemas con las feministas, no los queda otra opción que asentir prudentemente y aplaudir con energía las decisiones que tomen ellas, por muy contradictorias que sean, ya que dicen que son propietarias de su cuerpo y pueden hacer con él lo que quieran. Dadas las circunstancias actuales no seré yo, que me considero solamente usufructuario del mío, quien lo ponga en duda ¡Faltaría más!