19 agosto 2022

GANARSE LA VIDA DIGNAMENTE

De niño me enseñaron que no había ningún trabajo que fuera despreciable. Pero luego vi que ser maestro, por ejemplo, desde ciertas ideologías estaba mal visto. Y lo mismo ser político, o trabajar en una ONG. Y hay también gente que ve mal lo de ser cura, o funcionario de prisiones. Para otros, es indigno ser médico no objetor de aborto o de eutanasia. Y para ciertos nacionalistas, resulta que está fatal ser policía, juez o guardia civil. Para otros grupos, es malo ser torero, y vendedor de fertilizante, guía de safari, y quizá camionero, por lo del kilómetro cero. Los abolicionistas dicen que la prostitución es trabajo indigno; los conservadores, que lo es drag queen, actor porno o gogó. Hay pacifistas que dicen que lo es ser fabricante de armas, o bróker. Y también puede serlo trabajar en un estanco, en una carnicería, o en una tienda de animales. O de chuches. O en un bazar que venda demasiado barato. Y yo, que ahora soy jubilado y escucho mucho la radio, también me siento a veces indigno, por ser una carga para el país. 
Adolfo Palacios para Cartas al Director de El Diario Montañés

No hay comentarios:

Publicar un comentario