31 julio 2024

LA MÚSICA CLÁSICA

Siento pena por los jóvenes cántabros, o españoles en general, cuando veo cómo se anima al disfrute y a la práctica de la música predicando de ella bondades y beneficios varios. Al hablar de una orquesta juvenil, por ejemplo, se esgrimen "valores fundamentales" como el compañerismo, la empatía, etc. Al hablar de un conocido coro que actuará próximamente, se dice que con sus canciones quieren transportar al público a un fresco oasis de paz y relajación, alejarlo por un rato del "ajetreo estival". Y hay una entidad que organiza cosas musicales, que parece evitar los discursos especializados, prefiriendo centrarse en las emociones, "baños de sonido" y una especie de divulgación no invasiva. La expresión facial (inexpresión, más bien) que puede observarse en los jóvenes integrantes de nuestras orquestas durante las actuaciones, completa el panorama... Semejantes glosas causarían extrañeza en sociedades (Austria, Rusia, Cuba) donde lo normal es amar la música y saber de su valor, como el aire que respiran. Qué suerte tuve de criarme en un ambiente así. Y notemos que tales adornos, digresiones, justificaciones, no se enarbolan al hablar del rock o el pop; porque cuando de verdad hay afición, las músicas se explican, y se aprecian, por sí mismas.
Adolfo Palacios para Cartas al Director de El Diario Montañés.

No hay comentarios:

Publicar un comentario