02 mayo 2007

UN BALANCE DEL AÑO SANTO LEBANIEGO

Tras la finalización del Año Santo Lebaniego es hora de hacer balance. En contra de la optimista e interesada opinión gubernamental, se ha alcanzado, a mi entender, una mala nota en lo superfluo y un suspenso en lo importante. Considero superfluas las manifestaciones de apertura y clausura del Año Santo, en las que se hacen grandes e innecesarios esfuerzos económicos en manifestaciones pseudo culturales, que son aprovechadas hábilmente por los políticos, para aparecer en la foto y arañar algún voto en las próximas elecciones.
Si pasamos a lo serio y comparamos con los otros centros de peregrinación mundiales (Tierra Santa, Roma y Jerusalén), andamos a años luz de ellos.
He asistido este año a Santo Toribio y he comprobado que el templo (aunque se agradecen las pantallas de plasma), es insuficiente para la gran asistencia de público, especialmente los fines de semana. Se puede solucionar oficiando más misas, repartiendo los fieles en más turnos.
El aparcamiento para vehículos no es que sea insuficiente, es que es ridículo. ¿No hay espacio para agrandarlo? He podido comprobar cómo en la Alhambra se ha construido un gran aparcamiento, que además sirve para generar ingresos.
Menos mal que los asistentes a estos eventos, en la mayoría de los casos, asisten con fervor y resignación cristiana, porque de lo contrario no sé que habría pasado. La organización ha sido mala en muchos casos e inexistente en otros, a juzgar por las noticias que trascienden en la prensa (actuación de la Fura dels Baus).
No sé como no se les cae la cara de vergüenza a los políticos en el tema de infraestructuras, porque la comunicación por carretera con Potes es tercermundista. Pienso que posiblemente la cantidad aportada al Racing (inversión superflua), hubiese sido más necesaria en este tipo de infraestructura (inversión inteligente y necesaria), ya que posíblemente esta actividad religiosa pueda provocar una importante afluencia de peregrinos, que a su vez generen futuros ingresos, necesarios para el desarrollo económico de esta comunidad y de aquella zona en concreto.
Espero, con escasa (casi nula) esperanza, que para el próximo Año Santo estén resueltos estos inconvenientes, pero mucho me temo que los políticos tienen otras prioridades en mente, más relacionadas con lo humano (elecciones/votos/poder), que con lo divino.

2 comentarios:

  1. Anónimo10:29 p. m.

    Ante todo el amigo Salas ha dado en el clavo, porque yo también he estado en Liébana, Tierra de Júbilo (?), en vez de AÑO SANTO LEBANIEGO,como se denominó siempre, empezando por ahí y la cúpula religiosa tragando, por ese toque tan laico y de talante. Sacar pecho es lo primero, lo segundo, yo no tuve la suerte de ser el visitante 1.000.000, no por la cantidad, sino por el contador. Lo demás lo contado por el comunicante, poca vergüenza y a coger votos. Me parece penoso criticar esto, porque es mi tierra Cantabria, ahora es tiempo de aprender.

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  2. Anónimo11:47 p. m.

    Ya sabes que soy ateo,pero si esto genera ingresos para la zona,tus criticas seguro que son constructivas para próximos años..lo haga quien lo haga...con lo del Racing le has dado...Te estas haciendo todo un articulista...siempre luchando y superándose...si señor.

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