Hubo un tiempo en que se dijo que la religión era el opio del pueblo. En España, con el paso del tiempo, esta función ha pasado de manos de la Iglesia Católica a los partidos políticos.
No tenemos nada más que ver las imágenes, que se nos ofrecen en televisión, de los asistentes a los mítines (rituales) de cualquiera de los partidos políticos. Armados con pancartas y tras repetir, corear y cantar constantemente las consignas hábilmente programadas por sus dirigentes (nuevos mesías), sus excitados rostros parecen alcanzar el éxtasis. En estos actos, mediante promesas -que luego no es necesario cumplir-, tratan de adoctrinar a sus dóciles correligionarios, para obtener el poder, anunciándolos el bienestar (cielo) si obtienen ellos ese poder y amenazándolos con desgracias eternas (infierno) si ese poder llega a caer en manos de cualquiera de los rivales.
Se llega al extremo de que los simpatizantes de cada partido político se comportan como adictos a sus líderes y asumen como bueno todo lo que el partido los dice (manda), sin analizar objetivamente lo propuesto, desestimando automáticamente todo lo proveniente de los otros grupos, aunque sea más adecuado, sensato y aconsejable que lo propuesto por su propio partido.
Total que así tenemos el desaguisado surrealista de las dos Españas, simbolizadas en los dos grandes bloques políticos PP y PSOE. En este contexto, no es de extrañar que los políticos se comporten como se comportan o hagan las manifestaciones que hacen, y sean aplaudidos histéricamente en sus mítines, ya que eso es lo que sus ardientes devotos esperan de ellos.
Con estos mimbres, sacan tajada otros partidos oportunistas, que aún siendo minoritarios, ofrecen sus caros servicios al ganador de los comicios, que se ve impotente para gobernar por si sólo. Y así nos va, ya que a estos no los preocupa el bienestar general de la sociedad, sino el sacar tajada para la prosperidad de su región, a costa de las otras regiones más necesitadas.
La solución a todo este panorama es difícil ya que habría que variar algunas cosas, como puedan ser la Ley Electoral, la financiación de los partidos, e incluso la Constitución y que los grandes partidos políticos llegasen a consensos en determinadas áreas de vital importancia nacional, que debieran ser intocables tales como la lucha antiterrorista o la cuestión nacionalista, etc.
¿Seremos capaces de afrontar este reto o vamos a seguir narcotizados, aplaudiendo fanática y sumisamente a nuestros líderes, como si lo estuviesen haciendo bien?
A.José Salas
No tenemos nada más que ver las imágenes, que se nos ofrecen en televisión, de los asistentes a los mítines (rituales) de cualquiera de los partidos políticos. Armados con pancartas y tras repetir, corear y cantar constantemente las consignas hábilmente programadas por sus dirigentes (nuevos mesías), sus excitados rostros parecen alcanzar el éxtasis. En estos actos, mediante promesas -que luego no es necesario cumplir-, tratan de adoctrinar a sus dóciles correligionarios, para obtener el poder, anunciándolos el bienestar (cielo) si obtienen ellos ese poder y amenazándolos con desgracias eternas (infierno) si ese poder llega a caer en manos de cualquiera de los rivales.
Se llega al extremo de que los simpatizantes de cada partido político se comportan como adictos a sus líderes y asumen como bueno todo lo que el partido los dice (manda), sin analizar objetivamente lo propuesto, desestimando automáticamente todo lo proveniente de los otros grupos, aunque sea más adecuado, sensato y aconsejable que lo propuesto por su propio partido.
Total que así tenemos el desaguisado surrealista de las dos Españas, simbolizadas en los dos grandes bloques políticos PP y PSOE. En este contexto, no es de extrañar que los políticos se comporten como se comportan o hagan las manifestaciones que hacen, y sean aplaudidos histéricamente en sus mítines, ya que eso es lo que sus ardientes devotos esperan de ellos.
Con estos mimbres, sacan tajada otros partidos oportunistas, que aún siendo minoritarios, ofrecen sus caros servicios al ganador de los comicios, que se ve impotente para gobernar por si sólo. Y así nos va, ya que a estos no los preocupa el bienestar general de la sociedad, sino el sacar tajada para la prosperidad de su región, a costa de las otras regiones más necesitadas.
La solución a todo este panorama es difícil ya que habría que variar algunas cosas, como puedan ser la Ley Electoral, la financiación de los partidos, e incluso la Constitución y que los grandes partidos políticos llegasen a consensos en determinadas áreas de vital importancia nacional, que debieran ser intocables tales como la lucha antiterrorista o la cuestión nacionalista, etc.
¿Seremos capaces de afrontar este reto o vamos a seguir narcotizados, aplaudiendo fanática y sumisamente a nuestros líderes, como si lo estuviesen haciendo bien?
A.José Salas
Totalmente de acuerdo con tu articulo en lo referente al manejo borreguil de las masas por parte de nuestros políticos, pero si te das cuenta la Iglesia últimamente también le esta cogiendo gusto a esto de manejar su rebaño, diciendo todo tipo de salvajadas...
ResponderEliminarEn fin mucho opio y poca claridad en los cielos españoles...
Amigo Air:
ResponderEliminarPrecisamente lo que trataba de comunicar es que la máxima comunmente aceptada por todos de que, la religión es el opio del pueblo, es aprovechada por los políticos y pasa desapercibida para los demás. Los políticos son lo suficientemente hábiles para desviar la atención de los ciudadanos. Ahora que se inicia la cuesta de enero, febrero, marzo..., necesitan que la masa esté distraida y aprovechan algo que se ha producido en toda Europa y que este año tocaba en España, como es una manifestación a favor de la familia y ya han encontrado la formula para anestesiar a la ciudadanía, para que no se de cuenta de otros acontecimientos, como puede ser la brutal subida de precio de los alimentos básicos.
Se utiliza el mismo narcótico, pero solamente se ve el de la Iglesia.
¿Por que?
Estoy plenamente de acuerdo con el contenido de tu artículo. Esta, además muy bien tratado periodisticamente. PP y PSOE se han convertido en la "droga de nuestro tiempo" en "el opio del pueblo". parece mentira las cosas que se pueden llegar a hacer en los mítines, en declaraciones, contradeclaraciones, con el conejo por Navidad, etc... para captar votos ("correligionarios")... Me preocupa que la mano larga de los políticos en el DM impida que te lo hayan publicado. Será que no les gusta ser descubiertos?
ResponderEliminarjolau yo te puedo asegurar que veo los dos opios como tu dices y lo que dices de que el gobierno utiliza lo dicho por la iglesia también lo veo, pero las provocaciones y criticas sobre homosexualidad,educación,aborto hay están dichas en boca de religiosos católicos...
ResponderEliminarLa iglesia ve peligrar sus afiliaciones y se a dado cuenta que ellos también son buenos políticos...
Aquí se trata de hacer la política del ventilador, a revolver la mierda, lo mismo dá política, que religiosa en este caso con la religión católica. Elecciones a la vista más mierda....,eso sí verdades claras y rotundas las justas porque el pueblo no debe de enterarse........, toda esta gente vive y los pagamos para ello, los unos y los otros, ahora yo no puedo aguantar más el espiritu laico de este nuestro gobierno, parece que los católicos son apestados, sobre todo en este caso. Sres. respeten al prójimo como sus votantes les votan a uds. y ocurre que las autoridades eclesiasticas en vez de callar y ponerse al día entran al trapo de unas polemicas en las cuales, creo que no tienen nada que ganar, que sigan el ejemplo de Jesucristo, humildad..... y tratar a sus feligreses como personas normales no como si fueran sectas, el quiera creer que crea libremente, y si los católicos (la cúpula) no recibe el dinero del estado que lo aporten los feligreses, y si no hay grandes catedrales habrá humildes capillas... porque entiendo que parte del tema viene por el asunto monetario..... como siempre..... con todo el respeto el anónimo ventilao.... Pd. la manifestación del otro día por la familia me parece fenomenal, eso sí sobraban los discursos. Las cosas con sencillez..recordarle al gobierno que las familias somos todos, no hacen falta tantas uniones de hecho de derecho y medio pensionistas, porque parece que el logro social del siglo en España han sido las uniones,que no matrimonios, de ya sabeis quien....... cada uno en su sitio, no nos equivoquemos... que la cosa es muy seria.
ResponderEliminarAquí que te paso este comentario que que escribí hace unos días, en la que con directas y metáforas vengo a expresar, coincidentemente, lo mismo que tú. Verás que hay líneas de diálogo. Esto es porque la recito performándola con el público. Selecciono a varios de los asistentes y les doy una copia para que me interrumpan con sus frases.
ResponderEliminarRamón:
"Vivimos una continua repetición de nosotros mismo"
Recitando cual maestro de ceremonias circense:
Esta es la hora en la que tiende a ocultarse el carácter amoroso de nuestro erotismo,
es el momento de arrebatarnos con la sustancia de nuestra locura que más nos honra.
!El conformismo!
¡Pasen!
¡Pasen y disfruten!
¡El conformismo!
¡Entrada gratis hasta completar aforo!
¡Vean el mayor espectáculo del mundo!
¡ El conformismo!
¡En familia y entre amigos, El conformismo!
¡En las páginas centrales del programa de mano que les entrego
podrán seguir un seminario sobre el bienestar socia!.
¡Señoras, señores, niños, niñas y mascotas, estamos en el Black Friday Navidad!
¡No preocuparse por engordar,
coman y beban palomitas durante la función.
Bajaremos los kilos rodando la cuesta de enero!
Público 1:
—¡Imbécil, cállate ya y vete a tu casa para dar voces, so burro!
Público 2:
—¡Ehhh. Boluda. Miráte vos el orto y la concha de tu madre!
Ramón:
Y así, entre las porfías que cada cual cree de su ética,
normalizamos el rapto que nos entrega a la seducción de los hechizos
y nos rendimos al carácter de ambigüedad que nos hace cómicos.
Vivamos la continuada repetición de nosotros mismos.
Falsifiquemos el carácter intimo de nuestra vulgar falacia.
Mecanografiemos el doble sentido de la subjetiva cuestión de nacionalismo patrio
y durmamos soñando en lo que soñamos por no soñar.
Público 3:
—La familia del marqués, reunida en la casa de verano,
espera impaciente la llegada de la criada
para apartarla de sus satánicas intenciones de matrimonio con el heredero.
Público 4:
—¡Habráse visto Tamara vulgaridad monárquica!
Ramón :
Decía yo que somos impotentes para adivinar nuestro destino
y no es conveniente que nos demos a conductas pecaminosas después de la Navidad.
La censura política sirve ideas religiosas con langostino y buen lechazo,
mientras niños y madres mueren reventadas a la misma hora en Palestina.
Aparentemos no ser una intensificación de sustantivos desvirtuados.
Seamos el carnero que disfruta de las acciones licenciosamente inmorales.
Sacrifiquemos a quienes se vistan con el pijama de rayas para huir de su presa.
Entreguemos a la crítica todas las superficialidades de nuestra pantomima...
Por favor, alcancemos nuestras esperanzas cuando realmente haya amor.