CHARLATANES

Seguro que todos aquellos de sus lectores que peinamos canas, recordamos a los famosos charlatanes que visitaban nuestras ferias. ¿Quién ha olvidado al popular 'Quinito' por poner un ejemplo? «¿Este magnífico billetero de piel auténtica de cocodrilo, que en cualquier establecimiento del ramo puede costarle a usted más de trescientas pesetas, será suyo por mucho menos. No le vaya cobrar doscientas, ni cien ni cincuenta, pero es que además al inteligente señor que lo adquiera le regalaré esta mágnifica pluma estilográfica con punta de oro de catorce kilates. Añadiré a este lote además de este incomparable bolígrafo, esta gafas de sol 'manoletinas' con su funda incluida, para que pueda usted lucirlas este verano. Y todo ello, y porque ya he perdido el sentido en mi afán de que usted se vaya de aquí como un amigo, le cobraré la ridícula, la insignificante, la mísera cantidad de, no cuarenta, no treinta, no... Todo ello se lo cedo por cinco duros, señor; por tan sólo cinco duros!». Y se 'picaba', y no tenían manos para vender; luego, al billetero se le iba 'desconchando' la piel, la pluma echaba lunares y a las gafas de sol se la salían los cristales. 
Esto es tan cierto como la luz que nos alumbra y no lo es menos que con las ofertas de los partidos políticos, con vistas a las elecciones, la historia se repite: «Subida de pensiones, del jornal mínimo, viviendas para todos», y esto va a ser poco menos que jauja. Nos 'venden' humo, pero con una cara como el mármol y sabiendo que nadie va a pedirles cuentas; por eso lo venden así.
Después vendrá la cruda realidad y nos pasará como a la lechera del cuento que, ¿oh loca fantasía!, qué palacios fabricas en el viento . Y aguantaremos otros cuatro años en que volverá a suceder exactamente lo mismo; y no trate de arreglarlo, es sencillamente imposible.
José Bautista González en Cartas al Director, del Diario Montañés