Nuevos tiempos nuevos sistemas, la Iglesia Católica ha dejado el paraguas del Estado y el nuevo sistema de financiación acordado la deja a la intemperie de lluvias y tornados. Habrá de afrontar sola el devenir económico, aunque no exactamente, pues los católicos en particular y la sociedad en general que nos beneficiamos de su ingente labor educativa, social y asistencial, adquirimos una mayor responsabilidad y habremos de ayudarla en base a nuestras posibilidades y nuestra voluntad.
El nuevo acuerdo de financiación alcanzado entre el Estado y la Santa Sede en diciembre de 2006 elimina la dotación directa del Estado a la Iglesia, se aumenta la asignación del IRPF del 0,5 al 0,7 y se elimina la exención del IVA. ¿Qué significa esto? Por una parte que la asignación de los contribuyentes a través del IRPF es muy importante y habremos de poner atención al consignar la «x» de ayuda a la Iglesia Católica al formular la Declaración de la Renta. Y por otra que nadie nos va a sacar las castañas del fuego y nuestra colaboración con el sostenimiento de la Iglesia se hace más personal. Más de 23.000 parroquias, cerca de 850 monasterios de clausura, numerosas órdenes y congregaciones, más de 200 hospitales y ambulatorios, 300 guarderías, 900 orfanatos y más de 1.600 centros de acogida y reinserción familiar y social nos obligan, al menos, a reflexionar.
Miguel Burges Ruiz en Cartas al Director de El Diario Montañés.
Miguel Burges Ruiz en Cartas al Director de El Diario Montañés.
Uy como se suele decir, con la iglesia hemos topado.
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