04 mayo 2008

LA POLICÍA LOCAL DE LOS CORRALES

La acumulación de declaraciones y versiones oculta a veces lo esencial de las noticias. Veamos, por ejemplo, el caso de los policías locales de Los Corrales de Buelna, aquejados de repente y en bloque de una enfermedad que les imposibilitó el desempeño de su puesto de trabajo y que acaeció en medio de un conflicto laboral. En cualquier otra circunstancia un caso así hubiera forzado una investigación sanitaria y administrativa. ¿Es su puesto de trabajo tóxico? ¿Patrullan por lugares tan insalubres? ¿Hay que dar una alerta en el pueblo? Nada de eso se ha aclarado.
Nadie obligado por su función -director general de Trabajo, director general de Sanidad, por ejemplo- ha abierto un expediente ante tal situación. Y la falta de investigación y la evolución del asunto, porque la enfermedad ha desaparecido tal y como ha venido, abre camino a todas las hipótesis y casi todas dejan en muy mal lugar a los protagonistas.
Soy de la opinión que en estas cuestiones la explicación más sencilla suele ser la verdadera. Y la explicación más sencilla es que no hay tal enfermedad, que los policías se han puesto de baja para forzar un acuerdo con el Ayuntamiento y que mientras ellos estaban de baja las llamadas de teléfono de los ciudadanos sonaban en los despachos vacíos. Y los policías enfermos imaginarios han podido hacer esto porque la maquinaria de la Administración no ha funcionado. Porque les han concedido unas bajas cuando menos sospechosas y porque hay una vieja costumbre, que es aceptada y no es cuestionada, de utilizar las bajas como respuesta a conflictos laborales en la Administración.
Y en esta batalla los policías, que en su trabajo tienen presunción de veracidad, la han perdido totalmente. Y la pena es que quizás tuvieran razón en sus peticiones, pero esa razón ha sido arrollada por los métodos empleados.
Miguel Ángel Pérez Jorrín, en Cartas al Director, de El Diario Montañés.

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