18 abril 2009

NOS CONVIENE SABER QUE …..

El gran poeta chino Su DongPo, que sufrió gravemente durante su vida por mantener un pensamiento político propio, escribió hace casi mil años: «Todos quieren tener un hijo inteligente,/pero la inteligencia me ha arruinado la vida./ Así que quiero que mi hijo/ sea tonto y estúpido:/ Sin penas ni penalidades/ llegará a ser ministro».
En tiempos de crisis, cuando las cifras del paro son aterradoras y más que estadísticas son dramas humanos agregados, hemos comprobado que para ser Ministro de Fomento no se requiere una formación o preparación, no se requiere de una experiencia contrastada en la gestión pública o privada, tan sólo es necesario ser fiel al líder y cañero con el enemigo político. Qué más da que el nuevo Ministro de Educación se empeñe en recuperar el valor del esfuerzo, del estudio y la dedicación, qué más da que los padres premien a sus hijos cuando traen buenas notas a casa y qué más da que se hable de investigación, desarrollo y tecnología. Da completamente igual porque el Presidente Zapatero ha enviado un mensaje claro, diáfano, a los jóvenes: ha premiado muchos años de trabajo fiel, una labor sistemática de limpieza dentro del partido y una capacidad inigualable para atacar con brocha gorda al rival político. Además, no es un ministerio menor para los cántabros, de él dependen temas tan importantes como la llegada del AVE a Cantabria, la finalización de la autovía de la meseta, el soterramiento de las vías en ciudades como Torrelavega o Reinosa, el tercer carril Santander-Torrelavega o la ronda de la bahía, ahí es nada. 

El Presidente Zapatero ha utilizado meritocracias propias de la prensa del corazón o los Reality Show para nombrar a José Blanco, dejando de paso instituida una doctrina terrible para la sociedad en su conjunto: si quiere ser ministro, no estudie y meta mucha caña.
[Juan Corro Beseler, en La Marea de El Diario Montañés]

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