19 abril 2009

ROMANCE DE LA ESO







Dicen que va en retroceso
la enseñanza de la E.S.O.
Comprobarlo un padre quiso
y asaltó, sin previo aviso,
a su hija de quince años,
que, con modales huraños,
con evidente impaciencia,
con tono de displicencia
y prostibulario atuendo,
así le fue respondiendo:

-¿Cuándo vivió Alfonso Sexto?
-No está en mi libro de texto.

-¿Y está Felipe Segundo?
-A ese siempre lo confundo.

-¿Y doña Juana la Loca?
-En este curso no toca.

-Dí algún monarca absoluto.
-No se da eso en mi instituto.

-¿Y cuándo se perdió Cuba?
-Esta... ¡tiene mala uva!

-Pues di un pintor español.
-Eso no entra en el control.

-¿No sabes quién fue Picasso?
-No. De esas cosas, yo paso.

-¿Cuándo acabó la Edad Media?
-Pues vendrá en la Enciclopedia.

-¿Y las Navas de Tolosa?
-¡Me preguntas cada cosa...!

-¿Y qué fue la Reconquista?
-Si me dieras una pista...

-¿A qué equivalen mil gramos?
-¡Pero si eso no lo damos!

-¿Qué son los números primos?
-Eso tampoco lo dimos.

-¿La ecuación de primer grado?
-Pues tampoco la hemos dado.

-¿Y sabes mucho latín?
-¡Lo dices con retintín...!

-Y tampoco darás griego
-Se escribe raro, me niego.

-¿Quién fue Ortega y Gasset?
-Lo miraré en Internet.

-¿No estudias filosofía?
-¿Para qué me serviría?

-¿Y has dado Literatura?
-No sé.... No estoy segura.

-¿Quién compuso “la Odisea”?
-No tengo ni zorra idea.

-¿En qué obra sale Calixto?
-No sé, papá, eso no lo he visto.

-¿Y Gonzalo de Berceo?
-No viene en el libro, creo.

-¿Y Calderón de la Barca?
-¡Huy, papi, no me seas carca!

-¿Clarín, Baroja, Unamuno...?
-Pues no me suena ninguno.

-¿Algún autor del Barroco?
-De eso sé bastante poco.

-¿Quién fue el Manco de Lepanto?
-Papá, no preguntes tanto.

-Pero, ¿no leéis a Cervantes?
-¡A ése, lo leerían antes...!

-Lo tuyo, hija, es deplorable...
-Pues he sacado notable

-Y de ciencias, ¿sabes algo?
-Me voy, que esta noche salgo.

-Pero, entonces, tú ¿qué sabes?
-¡No me esperéis; tengo llaves!

Y el padre quedó perplejo:
Al mirarse en el espejo
se notó cara de idiota.
Musitó una palabrota
fue a meterse en la cama.
Y así acaba este epigrama.

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