Nuestro amigo Paulino Laguillo nos facilita esta historia en la que el protagonista es el corraliego José Rivero, que se perfilaba en su niñez y juventud como un excelente jugador de fútbol, integrado en las plantillas de los equipos cántabros del Buelna, Vimenor, Textil Escudo, Rayo Cantabria, Gimnástica y Rácing (según orden aproximado a su importancia).
La faceta deportiva no le atraía demasiado, emprendiendo su actividad laboral y creando una familia que reside en el barrio Juan XXIII de Los Corrales de Buelna.
En el año 2004 se inscribió en la Escuela Municipal de Folklore de Torrelavega, donde comenzó a tocar el rabel. El instrumento que tenía asignado le parecía que no daba las notas como él deseaba y, haciendo gala de las habilidades artesanales con la madera que en vida tuvo su padre (Tomás Rivero Aranguez), pasó a construirse su propio rabel.
A partir de entonces tiene ya en su haber casi una veintena de tan antiguos y populares instrumentos musico-pastoriles, perfeccionando su técnica y ampliándola con la construcción de zanfoñas, instrumento europeo con más de mil años de existencia y sin embargo muy poco conocido en la música tradicional cántabra, bajo el asesoramiento del experto Julio Payno, fundador del grupo “La Jumera”.
Además de estos logros artesanales, José Rivero se siente atraído por la trova y acaba de grabar dos romances que vienen a constituir la carta de presentación para su primera actuación en público en el homenaje que en diciembre de 2009 se va a tributar en Torrelavega al muy recordado Pedro Madrid, gran impulsor que fue del rabel en Cantabria, tocando la zanfoña y acompañado a la guitarra por Julio Payno.
Bienvenido sea pues José Rivero al plano musical del Valle de Buelna.
La faceta deportiva no le atraía demasiado, emprendiendo su actividad laboral y creando una familia que reside en el barrio Juan XXIII de Los Corrales de Buelna.
En el año 2004 se inscribió en la Escuela Municipal de Folklore de Torrelavega, donde comenzó a tocar el rabel. El instrumento que tenía asignado le parecía que no daba las notas como él deseaba y, haciendo gala de las habilidades artesanales con la madera que en vida tuvo su padre (Tomás Rivero Aranguez), pasó a construirse su propio rabel.
A partir de entonces tiene ya en su haber casi una veintena de tan antiguos y populares instrumentos musico-pastoriles, perfeccionando su técnica y ampliándola con la construcción de zanfoñas, instrumento europeo con más de mil años de existencia y sin embargo muy poco conocido en la música tradicional cántabra, bajo el asesoramiento del experto Julio Payno, fundador del grupo “La Jumera”.
Además de estos logros artesanales, José Rivero se siente atraído por la trova y acaba de grabar dos romances que vienen a constituir la carta de presentación para su primera actuación en público en el homenaje que en diciembre de 2009 se va a tributar en Torrelavega al muy recordado Pedro Madrid, gran impulsor que fue del rabel en Cantabria, tocando la zanfoña y acompañado a la guitarra por Julio Payno.
Bienvenido sea pues José Rivero al plano musical del Valle de Buelna.
Se lo voy a enviar a Luis Ángel Payno, que no sé si sabrá que hace diez años se hacían zanfoñas (y con tan buena pinta que tienen) en el valle de Buelna.
ResponderEliminarYo, desde luego, no lo sabía.
Enhorabuena buena amigo Jose
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