Tras el reciente anuncio de la discriminación, (a la que cuando interesa la llamamos positiva), a favor de las películas dirigidas por mujeres, caben las siguientes reflexiones:
Se están produciendo inteligentes quejas por parte de las propias mujeres, especialmente por aquellas que ya realizaban anteriormente este cometido y han demostrado que están tan capacitadas como los hombres para llevarlo a efecto. Son conscientes de que ahora acudirán, al amparo de la subvención, infinidad de mujeres que especularán con esta ventaja, consiguiendo que sean tratadas todas de idéntica forma, cuando las anteriores se habían labrado un nombre, a costa de grandes sacrificios.
Hay profesiones en que predominan las mujeres, por ejemplo en el mundo de la pasarela, Magisterio o en Enfermería, en las que a los hombres no se los prima por ejercer esas profesiones. También entendemos que si no acuden varones a esas actividades será porque no lo consideran oportuno, por que no tienen vocación, porque prefieren otras opciones, o por cualquier otra cuestión. Es más, incluso podían pensar, sin ningún tipo de complejos, que la mujer está más capacitada para llevar a efecto esos cometidos, pero nunca utilizarán la victimista y demagógica excusa de que son maltratados por cuestión de sexo, para tratar de conseguir posteriores ventajas sin ningún otro mérito que el haber nacido varón.
Pero la Administración hace oídos sordos, porque con esta medida conseguirá sus objetivos, que no son otros, que el importante voto femenino y aumentar ficticiamente el número de mujeres que dirijan películas, cosa que tienen garantizado ya que, con el fin de cobrar la subvención, figurarán como directoras aunque no cumplan esta misión y desaparecerán una vez que cese el subsidio.
La otra meta que consiguen es otra forma de seguir financiando el cine de forma encubierta ya que para vergüenza de las ahora “calladas” gentes del espectáculo recibieron, el año pasado, el 80% de la cantidad asignada a cultura, llegando a recibir más subvenciones que lo recaudado por sus películas en taquilla. Con esta forma se sigue dando dinero a los mismos, pero de otra forma más sutil.
Lo que también puede ocurrir es que, con la torpe actuación la Administración, se esté fomentando la idea de que, para que las mujeres realicen determinadas profesiones que habitualmente realiza el varón, es requisito imprescindible el “untarlas” previamente con dinero.
De todas formas, todavía somos muchos los que confiamos y creemos en la capacidad de la mujer, que sabrá estar a la altura de siempre y actuar inteligentemente en consecuencia.
A. José Salas en Cartas al Director, de El Diario Montañés. (NO PUBLICADA)
Se están produciendo inteligentes quejas por parte de las propias mujeres, especialmente por aquellas que ya realizaban anteriormente este cometido y han demostrado que están tan capacitadas como los hombres para llevarlo a efecto. Son conscientes de que ahora acudirán, al amparo de la subvención, infinidad de mujeres que especularán con esta ventaja, consiguiendo que sean tratadas todas de idéntica forma, cuando las anteriores se habían labrado un nombre, a costa de grandes sacrificios.
Hay profesiones en que predominan las mujeres, por ejemplo en el mundo de la pasarela, Magisterio o en Enfermería, en las que a los hombres no se los prima por ejercer esas profesiones. También entendemos que si no acuden varones a esas actividades será porque no lo consideran oportuno, por que no tienen vocación, porque prefieren otras opciones, o por cualquier otra cuestión. Es más, incluso podían pensar, sin ningún tipo de complejos, que la mujer está más capacitada para llevar a efecto esos cometidos, pero nunca utilizarán la victimista y demagógica excusa de que son maltratados por cuestión de sexo, para tratar de conseguir posteriores ventajas sin ningún otro mérito que el haber nacido varón.
Pero la Administración hace oídos sordos, porque con esta medida conseguirá sus objetivos, que no son otros, que el importante voto femenino y aumentar ficticiamente el número de mujeres que dirijan películas, cosa que tienen garantizado ya que, con el fin de cobrar la subvención, figurarán como directoras aunque no cumplan esta misión y desaparecerán una vez que cese el subsidio.
La otra meta que consiguen es otra forma de seguir financiando el cine de forma encubierta ya que para vergüenza de las ahora “calladas” gentes del espectáculo recibieron, el año pasado, el 80% de la cantidad asignada a cultura, llegando a recibir más subvenciones que lo recaudado por sus películas en taquilla. Con esta forma se sigue dando dinero a los mismos, pero de otra forma más sutil.
Lo que también puede ocurrir es que, con la torpe actuación la Administración, se esté fomentando la idea de que, para que las mujeres realicen determinadas profesiones que habitualmente realiza el varón, es requisito imprescindible el “untarlas” previamente con dinero.
De todas formas, todavía somos muchos los que confiamos y creemos en la capacidad de la mujer, que sabrá estar a la altura de siempre y actuar inteligentemente en consecuencia.
A. José Salas en Cartas al Director, de El Diario Montañés. (NO PUBLICADA)
Uno de los males de España está en ciertos grupos de presión, siempre de izquierdas, que lo único que hacen es incordiar, y me refiero, ahora, a las feministas ( que no femeninas ) coñazo.
ResponderEliminarA ver cuando asumimos que el hombre y la mujer no somos "exactamente" iguales, por ello no es correcto hablar de igualdad de hombres y mujeres, lo que hay que demandar es JUSTICIA PARA HOMBRES Y MUJERES.
No es justo que por el hecho simple de ser mujer, ya se tengan beneficios respecto del hombre... Pero sí es justo que una mujer embarazada deba tener un trato y protección especial por el hecho de ser mujer-embarazada ¡ A ver cuando lo entienden estos politicastros de tres al cuarto !