Estamos de enhoramala. No sólo tenemos vacíos los bolsillos. Además tenemos que sufrir el que los derechos y las libertades sean una y otra vez pisoteados por la ideología y el sectarismo. Hemos tenido que ver cómo se le niegan las medidas cautelares a un colegio al que se le ha retirado el concierto por ser de educación diferenciada, con la excusa de ser discriminatoria. Esto sería verdad si chicos y chicas estudiasen materias diferentes o tuvieran distinto trato, pero no es así. Solamente sucede que los colegios no son mixtos y al fin y al cabo es una opción que los padres tienen derecho a poder escoger y que se respeta en prácticamente toda España.
Y a los pocos días, hemos tenido el dolor de ver cómo se aprobaba en el Senado una nueva ley de aborto no sólo libre, sino convertido en un derecho, que deja absolutamente desprotegido al ser más indefenso que existe, el no nacido, y que abandona a su suerte a la mujer sin darle ninguna otra opción, sin proporcionarle ninguna ayuda para que pueda escoger un camino que no le produzca el inmenso dolor que le va a producir el aborto. Una ley machista gracias a la cual el varón ya no va a tener que asumir ninguna responsabilidad. Una ley cuya primera mitad trata de una educación sexual obligatoria impartida por profesores que no serán del colegio, sino externos y formados por el gobierno, y que intentarán meter en la cabeza de nuestros hijos la ideología de género de forma teórica y práctica. Una ley que obligará a los estudiantes de medicina a aprender cómo se realiza un aborto aunque le repugne y que tal vez niegue a los médicos la objeción de conciencia. Y todo ello con los votos de senadores cuyos principios morales son contrarios a todo esto. Por suerte, también ha habido senadores que han hecho todo lo posible por impedirlo. Por suerte, cada vez hay más gente que está de parte de la vida y dispuesta a entregar su vida por ello. Por suerte, terminaremos estando de enhorabuena.
Y a los pocos días, hemos tenido el dolor de ver cómo se aprobaba en el Senado una nueva ley de aborto no sólo libre, sino convertido en un derecho, que deja absolutamente desprotegido al ser más indefenso que existe, el no nacido, y que abandona a su suerte a la mujer sin darle ninguna otra opción, sin proporcionarle ninguna ayuda para que pueda escoger un camino que no le produzca el inmenso dolor que le va a producir el aborto. Una ley machista gracias a la cual el varón ya no va a tener que asumir ninguna responsabilidad. Una ley cuya primera mitad trata de una educación sexual obligatoria impartida por profesores que no serán del colegio, sino externos y formados por el gobierno, y que intentarán meter en la cabeza de nuestros hijos la ideología de género de forma teórica y práctica. Una ley que obligará a los estudiantes de medicina a aprender cómo se realiza un aborto aunque le repugne y que tal vez niegue a los médicos la objeción de conciencia. Y todo ello con los votos de senadores cuyos principios morales son contrarios a todo esto. Por suerte, también ha habido senadores que han hecho todo lo posible por impedirlo. Por suerte, cada vez hay más gente que está de parte de la vida y dispuesta a entregar su vida por ello. Por suerte, terminaremos estando de enhorabuena.
Iliana Casanueva en El Diario Montañés
Vaya, una carta de un sectario hablando de su mismo sin saberlo. Y mintiendo, como sólo nuestra ultraderecha cristofriki sabe.
ResponderEliminarQue a esta gente le parezca mal es la prueba irrefutable de que son medidas que hacen una sociedad mejor. Justo la sociedad que ellos odian, opuesta a la que añoran desde hace 35 años.
Me llama la atención que sobre un artículo, que trata sobre derechos y libertades, el sistema educativo, aborto, y educación sexual, el anónimo comentarista se limite a contestar con viejas consignas aprendidas, de descalificaciones generales, sin entrar a valorar ninguno de los problemas abordados por el autor del artículo.
ResponderEliminarCombate la línea (no entro a valorar si acertada o no), con frases tan progresistas como “ultraderecha cristofriki” , de alto contenido intelectual.
En esta misma línea de alta intelectualidad, habla de una sociedad mejor, justificada con la irrefutable teoría de que está construida siguiendo argumentos tan sólidos como que: Es la sociedad que los contrarios a su ideología odian, opuesta a la que añoran desde hace 35 años.
Y con estos argumentos tan profundos se despide tan satisfecho, sin haberse dado cuenta (hay quienes se encargan de recordarse de vez en cuando), que la Guerra Civil acabó hace muchos años y que pretendemos crear una sociedad mucho más dinámica y moderna, aunque parece ser que hay muchos no están capacitados para afrontar esa modernización y prefieren seguir viviendo su pasado, quizás ente la carencia de proyectos de futuro.