12 marzo 2010

PARA MEDITAR

EN MIS TIEMPOS
Porque los jóvenes de hoy somos dados al exceso, no conocemos el respeto, no valoramos nuestras instituciones, no creemos en nada, somos violentos, inmaduros e incongruentes, idealistas utópicos, hedonistas e irresponsables y nos pasamos el día delante de la tele.
El catálogo de pecados es interminable. «Como son estos jóvenes, en mis tiempos...» ¡A ver señor, entérese, estos jóvenes son hijos suyos, suyos y de su señora! Que no, que no sabe lo que hace su hijo, ni lo que hago yo, y ni se molesta... Somos jóvenes rebeldes, librepensadores y solidarios que luchamos contra un sistema que con una mano roba y con la otra presta y que cuánto más pagamos más debemos.
Jóvenes a los que nos importa el mundo en el que vivimos y lo que sucede a nuestro alrededor; que trabajamos y luchamos por nuestro futuro y rechazamos lo que no nos gusta. Jóvenes con capacidad de cuestionar modelos establecidos y que no funcionan, capaces de crear otros nuevos superando lo que los adultos no hicieron bien o dejaron de hacer.
Nosotros, que se dice somos la generación mejor formada e informada de la historia, afrontamos nuestro futuro con una mayor incertidumbre y cargados de interrogantes.
Nos enfrentamos a un precario mercado laboral en el que las empresas cada vez tienen menos en cuenta a sus trabajadores, el potencial humano da igual, y si fuera por ellas sustituirían a las personas por monos amaestrados.
Somos jóvenes desencantados con la mala política, cansados de falsas promesas y ser víctimas impotentes de mentiras y mentirosos naturales, de publicidad engañosa, titulares tendenciosos y artículos interesados, y de que utilicen nuestros problemas para crear eslogan...
A nosotros nos ha tocado vivir en 'nuestro tiempo', donde las cosas cambian continuamente y afrontamos circunstancias y presiones exclusivas de esta época particular de la historia. Porque esta sociedad, juventud incluida, está muy lejos de ser la sociedad en la que querríamos vivir el joven y la joven de hoy.

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