Hace poco más de un año, uno de mis hijos nos propuso que se le permitiese traer a casa un cachorro de perrita que iba a ser enviada a la perrera, de donde había salido, porque no la podía atender la persona a la que se la había regalado.
Dado que siempre había mostrado interés en tener un perro, que fue también apoyado por su hermano y que se comprometió a cuidar de ella, optamos por autorizarle a que la trajera.
Su nombre es Zara y pasado el tiempo se ha convertido en uno más de la familia, aunque con las peculiaridades propias de su condición, pero que se ha hecho querer por todos.
Recientemente en las fiestas que organiza el Ayuntamiento de Santander para rememorar los baños de ola, que tanta fama y acogida tuvieron en los principios del siglo XX en nuestra ciudad por la presencia de la Casa Real, se organizó un concurso de mascotas ataviadas para el evento.
Mis hijos decidieron presentar a Zara a este concurso y ante nuestra sorpresa quedó la segunda, aunque para nosotros siempre será una campeona.
Para que juzgues a la simpar Zara en los Baños de Ola de Santander te ofrezco esta simpática imagen, con su femenino traje de baño de la época y un adorno floral en la cabeza.
Muy bonita Zara en sus baños por el Sardinero. Que me cuente desde ahora entre sus más fervientes admiradores.
ResponderEliminarEn algún sitio he leido estos días que "LA CALIDAD DE UNA NACIÓN LA DETERMINA LA MANERA EN QUE CUIDAN A LOS ANIMALES" y eso que una perrita es algo más que un animal, es uno más de la familia.