16 noviembre 2010

EL ARTÍCULO DE HOY

LOLÍN Y LOS PARADOS
En ocasiones acompañé a mi difunto amigo Lolín, el camionero de Trasvía, en alguno de sus portes. Y sin casi darnos cuenta estábamos dándole a la húmeda intentando arreglar el mundo, o lo que es lo mismo repensando la injusta realidad.
Una recurrente conversación versaba sobre los parados y lo que sentiríamos nosotros en esa situación. Sí, digo bien, lo que sentiríamos, no lo que haríamos, ni el cómo nos apañaríamos. Lolín decía que le resultaría difícil aceptar, sin más, el dinero del paro, que se sentiría inútil o por lo menos no se sentiría bien y que por muy justo que fuera no se sentiría orgulloso. Para evitar esos sentimientos pensaba que debería hacer algo a cambio, algo que fuera útil a la sociedad en general y de esa forma alejar el fantasma de la inutilidad, la impotencia de la incapacidad.
Y ahí era cuando empezábamos a enumerar esas acciones o labores sociales que no supusieran quitar puestos de trabajo a nadie y si en cambio un pequeño gran beneficio para el paisaje y el paisanaje.
Nuestros despoblados montes, arrasados por incendios o esquilmados por una mala gestión ganadera y forestal, eran nuestro punto de mira y argumentábamos que plantar árboles y limpiar los montes era una labor con la que cualquiera podía aprender, disfrutar y sentirse orgulloso. ¡Coño!, a ninguno se le iban a caer los anillos por plantar, digamos, 100 árboles al mes. Cuando había un millón de parados en España pues se podían haber plantado 100.000.000 (cien millones) de árboles al mes.
Ahora me viene a la cabeza que, en la campaña de las últimas elecciones generales, Mariano y José Luis se ponían verdes compitiendo por quien era capaz de prometer plantar más árboles. No sé los que se habrán plantado desde que ganó José Luis pero...
Lolo te lo habría puesto claro Pepeluis. 4.000.000 (cuatro millones) de parados X 100 árboles al mes = 400.000.000 (cuatrocientos millones) de árboles al mes. Si esa cifra la multiplicamos por 10 meses (dos meses de vacaciones como los maestros ¡carajo!) tendríamos la bonita cifra de 4.000.000.000 (cuatro mil millones) de árboles en un año.
Y, bueno, ¡qué diría ahora Lolín con los plumeros?. ¿Sería posible que Cantabria con 40.000 (cuarenta mil) parados erradicara o al menos pusiera contra las cuerdas a esta plaga, antes de que la región se convierta en la Infinita Pampa?

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