21 enero 2011

EL ARTÍCULO DE HOY

ZAPATERO Y EL POLLO DE EVO
Ahora prohíben fumar, pero hubo otro tiempo en que con la mínima excusa los médicos prohibían tres alimentos: el pescado azul, el aceite de oliva y el café. Los médicos no eran los culpables, sino los científicos. Las muestras de laboratorio habían demostrado que aceite, sardinas y café eran peores que un senador español que solo hable castellano. Y sin embargo, al cabo de unos años otros científicos demostraron que aceite y pescado azul eran buenos contra el colesterol y que el café sólo era pernicioso si se abusaba de él. Aún recuerdo la carta del lector en un diario: ¿Quién me devuelve los años que llevo sin tomar café?, se preguntaba.
Las nucleares también son malas desde hace treinta años. Son malas al menos en España y por eso -y alguna razón más- se paralizó su construcción. En España nos ha dado por la energía verde, lo cual está muy bien: ¿Quién no prefiere obtener la luz de un huerto solar a obtenerla de una nuclear? Los franceses, por ejemplo. Los franceses decidieron que la energía nuclear era mucho más barata y que, bien llevada, tampoco era peligrosa ni contaminante. Y se hincharon a fabricar nucleares y a producir energía barata. para venderla a España, que sigue pendiente de que el viento sople en los molinillos y, sobre todo, pendiente del recibo de la luz, cada vez más asustante. Ahora, el Gobierno español, por la boca suave del ministro Jáuregui, introduce el asunto en la agenda de discusión pública Con minúsculas, pero allá va: el tabaco, el orden de los apellidos, la reforma de la reforma laboral, la Memoria Histórica, el déficit de las comunidades autónomas, el replanteamiento de la energía.
Vaya. Adiós programa electoral, adiós. La ayudas a los parados, la subida del Iva, las pensiones, la jubilación, el salario de los funcionarios, la actividad nuclear. Zapatero tenía unos principios, pero puede cambiarlos a conveniencia de las encuestas y de la economía. Quizás en tiempo de crisis, ha pensado Zapatero, las nucleares no sean tan malas. A Evo Morales le ha pasado lo mismo: al final se ha convencido él y ha convencido a los bolivianos de que comer pollo no provoca desviación sexual. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario