19 marzo 2011

EN CLAVE DE HUMOR

Una empresaria volvía de su oficina en la tarde y -en medio de un gran aguacero- ve a un hombre joven y muy atractivo en la parada de autobuses, por lo que detiene su automóvil :
- Llueve a cántaros... ¿Lo llevo?
- Ah, bueno, gracias, -responde él, entrando en el vehículo.
Llegando al edificio donde él vive, la invita a entrar:
- ¿No quiere Ud. tomarse un cafecito, un whisky, alguna cosita que le invite, con este frío?
- No, gracias, debo llegar temprano a casa.
- Pero, ha sido usted tan gentil, suba siquiera un ratito.
Ella sube ante la petición del joven. Cuando entran, él la sirve un buen coñac y luego va a su dormitorio, del que retorna arreglado y perfumado, dejando entrever un cuerpo bellísimo bajo una camisa entre abierta. Beben algunos tragos, oyen música, charlan, ríen, entran en confianza, y -como debía ocurrir- se van a la cama, hacen sexo con especial entrega, y luego dormitan.
A las 6 de la siguiente mañana, ella despierta preocupadísima:
- Que estúpida, me quedé dormida....
¿Ahora qué hago?
Medita, toma el teléfono, marca el número de su casa y tan pronto le responde su marido, grita :
- SERGIO, NO PAGUES EL RESCATE...
¡¡HE LOGRADO ESCAPAR!!

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