Personaje de leyenda, Afincado en el Jerusalén de los tiempos de Jesucristo y condenado por este a vagar sin descanso hasta la Parusía, es decir la segunda venida de Jesucristo a la tierra y el fin de los tiempos.
Origen: El origen de la leyenda es incierto, no se encuentra documentado, ni en los Evangelios admitidos ni en los apócrifos, aunque se cree que se formó en Constantinopla en el siglo IV.
Versiones: Existen varias versiones de la historia: Una dice que era portero de Poncio Pilatos y se llamaba Cartaphilus o Catafilo y que cuando sacaban a Jesús camino de la crucifixión, para que saliera más deprisa, le pinchó con el cuchillo en la espalda, ante lo cual Cristo volviéndose le dijo: El Hijo del Hombre se va, pero tú esperarás a que vuelva.
Otra la más conocida dice que era un zapatero, y se llamaba Ahseverus, Ahsevero o Auseroque vivía en Jerusalén, en la calle de la Amargura, y que cuando era llevado al calvario, los soldados, le rogaron al zapatero, que lo dejase descansar en el portal de su casa, a lo que él se negó, y dirigiéndose a Jesús le dijo: ¡anda¡, Jesús entonces le replicó también tú andarás, recorrerás toda la Tierra hasta la consumación de los siglos, y cuando tu planta fatigada quiera detenerse, esa terrible palabra que has pronunciado te obligará a ponerte en marcha de nuevo.
La leyenda relata también que un personaje judío (su caracterización concreta varía según las versiones) insultó a Jesús durante el camino hacia la Crucifixión, por lo que Éste lo condenó a "errar hasta su retorno". Por tanto, el personaje en cuestión debe andar errante por la Tierra hasta la Parusía.
De él se ha dicho: Que nunca puede reír, y a veces prorrumpe en frecuentes gemidos. Que solo puede gastar 5 miserables monedas de cobre a la vez, las cuales siempre vuelven a aparecer en sus bolsillos. Que se convirtió luego, y fue bautizado por Ananías, que le puso el nombre de Joseph, aunque siguió vagando y padeciendo a cada cien años unos amagos de muerte, porque a este plazo una gravísima enfermedad le debilitaba hasta representarle moribundo; pero luego sanaba, y se rejuvenecía, restituyéndose al vigor, y apariencia de treinta años de edad, que era la que tenía cuando Cristo murió. Que es bastante alto, y aparenta unos 50 años. Que tiene un perro también inmortal llamado Godorífero. Que solo tiene una ceja. Que va provocando calamidades y enfermedades allí por donde pasa.
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