LA SANIDAD, EN LA UVI
Han hecho cuentas y después de los últimos balances creen que hay que echar el cierre. No hay dinero para acabar el año en la sanidad pública, que estaba considerada como una de las mejores del mundo en los tiempos donde no sólamente derrochábamos salud, sino dinero. Había mucho para todos, no ya para los nativos aquejados de cualquier dolencia, sino para los turistas convalecientes que aprovechan la célebre hospitalidad española para operarse de algo.
Las cosas han cambiado, pero su conducta es peor. Obligará a los enfermos menos adinerados a empeorarse, en vez de mejorarse. En el futuro es previsible que los sanatorios no puedan sanar a nadie que no tenga algún dinero amarrado, ya que el suelto nunca es suficiente. Se le echa la culpa a la mala gestión de las autonomías, cosa que no es verdad, ya que en algunos casos ha sido pésima. Los límites presupuestarios no han tenido fronteras y la alegría, que ya sabemos que es una finalidad en sí misma, se desbordó hasta tenernos a todos con el agua hasta el cuello. Incluso a los que en otras épocas, por fortuna lejanas, ahorcaban por ladrones. ¿Cómo hemos conseguido que las cosas vayan tan mal en tan poco tiempo? Nos convencieron de que la sanidad no era sólo un gasto, sino una inversión, pero no conformes con invertir mucho hemos invertido mal.
Falta de dinero, como suele suceder cuando antes ha faltado vergüenza, y ahora, para proteger nuestra salud, ha bajado el precio del tabaco. En las cajetillas aparecen unas fotos de fumadores que están en las últimas, como primera medida disuasoria. Son asquerosas, pero no tanto como los que gravan el sesenta y tantos por ciento de su precio con impuestos. El Estado, con mayúscula, presenta un estado de salud preocupante. Los ciudadanos tenemos muy mala cara. Intentan curarnos antes de prevenir. Algunos no sabemos si dejar de fumar, cambiando hábitos que nos han acompañado siempre, o cambiar de médico. Hay quienes no mueren de sus enfermedades, sino de sus remedios. [Manuel Alcántara en El Diario Montañés]
Las cosas han cambiado, pero su conducta es peor. Obligará a los enfermos menos adinerados a empeorarse, en vez de mejorarse. En el futuro es previsible que los sanatorios no puedan sanar a nadie que no tenga algún dinero amarrado, ya que el suelto nunca es suficiente. Se le echa la culpa a la mala gestión de las autonomías, cosa que no es verdad, ya que en algunos casos ha sido pésima. Los límites presupuestarios no han tenido fronteras y la alegría, que ya sabemos que es una finalidad en sí misma, se desbordó hasta tenernos a todos con el agua hasta el cuello. Incluso a los que en otras épocas, por fortuna lejanas, ahorcaban por ladrones. ¿Cómo hemos conseguido que las cosas vayan tan mal en tan poco tiempo? Nos convencieron de que la sanidad no era sólo un gasto, sino una inversión, pero no conformes con invertir mucho hemos invertido mal.
Falta de dinero, como suele suceder cuando antes ha faltado vergüenza, y ahora, para proteger nuestra salud, ha bajado el precio del tabaco. En las cajetillas aparecen unas fotos de fumadores que están en las últimas, como primera medida disuasoria. Son asquerosas, pero no tanto como los que gravan el sesenta y tantos por ciento de su precio con impuestos. El Estado, con mayúscula, presenta un estado de salud preocupante. Los ciudadanos tenemos muy mala cara. Intentan curarnos antes de prevenir. Algunos no sabemos si dejar de fumar, cambiando hábitos que nos han acompañado siempre, o cambiar de médico. Hay quienes no mueren de sus enfermedades, sino de sus remedios. [Manuel Alcántara en El Diario Montañés]
Pues esto es lo que hay con los Socialistos, han dilapidado la herencia económica de Aznar-PP, han destrozado los valores y siguen destrozando lo poco que queda de España.
ResponderEliminarCULPABLES: QUIENES VOTAN PSOE, no hay otros, dado que ZP-PSOE son los meros ejecutores.
Visto lo visto, con Franco vivíamos mejor, a ver si Rajoy-PP lo vuelven a arreglar, pues si no es así... me aunto a la eutanasia activa ¡ ME SUICIDO !