A propósito de lo ocurrido estos días en la Acampada Sol, me gustaría dar la visión objetiva que esperan mis lectores. Adentrémonos primero en el mundo del feminismo y salgamos luego a dar una vuelta por Sol… Si miramos en fuentes más o menos fiables, veremos que el feminismo surge como el movimiento que pretende la igualdad de derechos entre hombres y mujeres. Como siempre, las mayores atrocidades se cometen en nombre de las causas más nobles. Voy a sacar a relucir unos temas que podemos discutir amistosamente.
Seamos serios, el feminismo dejó de ser ese movimiento hace muchos años. Desde que la mujer consiguió el sufragio universal y accedió al entorno laboral de una manera mayoritariamente aceptada, fue evolucionando hacia su hermana gemela malvada. El feminazismo. Así que ahora tenemos tres clases de mujeres, la mujer normal, feminista de pro, la mujer anticuada, machista de costumbre y la mujer anormal, feminazi de mierda.
El feminazismo es el machismo exacerbado convertido en odio de feminista extremista. De repente, el feminazismo defiende una super-mujer que todo lo puede. Una mujer que no sólo es que pueda hacer lo que quiera o que tenga derecho a todo, es que la sociedad tiene la obligación de dárselo. Por las buenas o por las malas.
Algunas joyitas del feminazismo:
1. Discriminación positiva: los ejemplos más típicos me sirven, bombero, policía, el hecho que se exija menos a las mujeres que a los hombres es una discriminación para con los hombres dotados de peor genética. Los rasgos físicos, están descritos por genética y entrenamiento. No digo que una mujer no pueda entrar en ninguno de los cuerpos, digo, que si con el tiempo que hacen las mujeres es suficiente, entonces el tiempo a exigir para los hombres, debe ser el mismo. Es lo justo. Sin embargo las feminazis se enfadan porque el corte sería fácil para los chicos y difícil para las chicas. Vamos, lo de siempre.
2. Ley de igualdad: de repente, te encuentras con que una empresa tiene que contratar a una mujer, o ascender a una mujer. La mujer y el hombre dejan de tener currículos o trayectorias. El empresario está obligado a elegir a la mujer en ciertos casos y si no hay, pues la busca. Lo mismo ocurre en las listas políticas. Sin embargo, este hecho es bastante machista, ya que no permite a la mujer ser valorada tal y como es, por méritos propios. Un empresario, o pone “un enchufado” o elige lo mejor para su negocio, independientemente del sexo.
3. Feminazismo disfrazado: Todo se basa en la igualdad, pero resulta que luego, hay derechos inalienables y únicamente dependientes de la mujer. El ejemplo más flagrante es el embarazo. Nosotras parimos, nosotras decidimos. Es lógico pensar, que ante un problema de salud de la mujer, ella decida unilateralmente. Pero al llegar a una vida de pareja, el hombre debería tener el mismo poder de decisión. Después de todo, hacer niños es cosa de dos (salvo invítricas excepciones). Una feminazi jamás aceptará este estado de igualdad. Síntoma claro de discriminación absoluta.
4. La ley de violencia de género. De todas, quizá la peor. Esta ley significa mearse en los derechos humanos y en la constitución. Es una aberración salvaje contra el lema todos los hombres son iguales ante la ley. ¿Cómo vamos a ser iguales ante la ley si se castiga y se trata de forma diferenciada a las personas? Y comparado con el punto 1, ¿no veis la contradicción?
5. Voy a dejarlo en un último punto, que vamos a llamar el de las feminipolleces El machismo de las cosas inertes. Por muy bonito que quede decir que el lenguaje es un ente vivo, llamar machista al castellano porque los plurales que terminan en es u os se refieren a ambos sexos es una bobería. Señales machistas, anuncios machistas, etc. Gilipolleces de feminazi. La publicidad tiene un público objetivo y me da en la nariz que si un buen par de tetas venden mejor un desodorante, las van a seguir sacando. Y no es machista, es publicidad. Los fantasmas que tienen las feminazis en la cabeza. Esos son machistas.
No me apetece seguir hablando mucho más del tema. Me cansa y pienso que la mayoría racional estaremos de acuerdo. Además, casi todas las mujeres que conozco son dignas. Llevan ser mujer igual que un hombre lleva ser hombre. Van a trabajar, sin sentirse violadas por una mirada al escote, aunque les produzca asco o morbo en función de quien las mire y el momento.
Al final, muchas feminazis no son más que acomplejadas del presente. Mujeres que piensan que el hombre las persigue para volver a meterlas en la cocina. Ilusas perdedoras, manipuladoras y pseudointelectuales que arrastran consigo a un montón de pobres de espíritu que no son capaces de ver el movimiento desde la objetividad de la civilización actual.
Y en Sol, entonces ¿qué ocurre? Pues lo de siempre. Unas cuantas gilipollas que quieren llenarse de protagonismo a costa de otras. Una chica habrá tenido algún tipo de experiencia incómoda, y estas señoritas lo han sacado de quicio para tener sus quince minutos de fama. Pues nada, ya los tenéis. Cuando os canséis de haceros las dignas y os quitéis de encima vuestros complejos, seréis bienvenidas. Otra vez.
Fuente: Diario de un Trol
El feminazismo es el machismo exacerbado convertido en odio de feminista extremista. De repente, el feminazismo defiende una super-mujer que todo lo puede. Una mujer que no sólo es que pueda hacer lo que quiera o que tenga derecho a todo, es que la sociedad tiene la obligación de dárselo. Por las buenas o por las malas.
Algunas joyitas del feminazismo:
1. Discriminación positiva: los ejemplos más típicos me sirven, bombero, policía, el hecho que se exija menos a las mujeres que a los hombres es una discriminación para con los hombres dotados de peor genética. Los rasgos físicos, están descritos por genética y entrenamiento. No digo que una mujer no pueda entrar en ninguno de los cuerpos, digo, que si con el tiempo que hacen las mujeres es suficiente, entonces el tiempo a exigir para los hombres, debe ser el mismo. Es lo justo. Sin embargo las feminazis se enfadan porque el corte sería fácil para los chicos y difícil para las chicas. Vamos, lo de siempre.
2. Ley de igualdad: de repente, te encuentras con que una empresa tiene que contratar a una mujer, o ascender a una mujer. La mujer y el hombre dejan de tener currículos o trayectorias. El empresario está obligado a elegir a la mujer en ciertos casos y si no hay, pues la busca. Lo mismo ocurre en las listas políticas. Sin embargo, este hecho es bastante machista, ya que no permite a la mujer ser valorada tal y como es, por méritos propios. Un empresario, o pone “un enchufado” o elige lo mejor para su negocio, independientemente del sexo.
3. Feminazismo disfrazado: Todo se basa en la igualdad, pero resulta que luego, hay derechos inalienables y únicamente dependientes de la mujer. El ejemplo más flagrante es el embarazo. Nosotras parimos, nosotras decidimos. Es lógico pensar, que ante un problema de salud de la mujer, ella decida unilateralmente. Pero al llegar a una vida de pareja, el hombre debería tener el mismo poder de decisión. Después de todo, hacer niños es cosa de dos (salvo invítricas excepciones). Una feminazi jamás aceptará este estado de igualdad. Síntoma claro de discriminación absoluta.
4. La ley de violencia de género. De todas, quizá la peor. Esta ley significa mearse en los derechos humanos y en la constitución. Es una aberración salvaje contra el lema todos los hombres son iguales ante la ley. ¿Cómo vamos a ser iguales ante la ley si se castiga y se trata de forma diferenciada a las personas? Y comparado con el punto 1, ¿no veis la contradicción?
5. Voy a dejarlo en un último punto, que vamos a llamar el de las feminipolleces El machismo de las cosas inertes. Por muy bonito que quede decir que el lenguaje es un ente vivo, llamar machista al castellano porque los plurales que terminan en es u os se refieren a ambos sexos es una bobería. Señales machistas, anuncios machistas, etc. Gilipolleces de feminazi. La publicidad tiene un público objetivo y me da en la nariz que si un buen par de tetas venden mejor un desodorante, las van a seguir sacando. Y no es machista, es publicidad. Los fantasmas que tienen las feminazis en la cabeza. Esos son machistas.
No me apetece seguir hablando mucho más del tema. Me cansa y pienso que la mayoría racional estaremos de acuerdo. Además, casi todas las mujeres que conozco son dignas. Llevan ser mujer igual que un hombre lleva ser hombre. Van a trabajar, sin sentirse violadas por una mirada al escote, aunque les produzca asco o morbo en función de quien las mire y el momento.
Al final, muchas feminazis no son más que acomplejadas del presente. Mujeres que piensan que el hombre las persigue para volver a meterlas en la cocina. Ilusas perdedoras, manipuladoras y pseudointelectuales que arrastran consigo a un montón de pobres de espíritu que no son capaces de ver el movimiento desde la objetividad de la civilización actual.
Y en Sol, entonces ¿qué ocurre? Pues lo de siempre. Unas cuantas gilipollas que quieren llenarse de protagonismo a costa de otras. Una chica habrá tenido algún tipo de experiencia incómoda, y estas señoritas lo han sacado de quicio para tener sus quince minutos de fama. Pues nada, ya los tenéis. Cuando os canséis de haceros las dignas y os quitéis de encima vuestros complejos, seréis bienvenidas. Otra vez.
Fuente: Diario de un Trol
Totalmente de acuerdo, amigo, con tu escrito, inteligente por bien razonado.
ResponderEliminarLas actuales feministas ( todas abortistas, del colectivo gay, radicales-nazis de izquierdas, ... ) son unas fascistas impresentables, además de feas y malencaradas ( me sale el ramalazo masculino que ellas odian )
Personalmente considero que solamente hay dos tipos de mujeres en España: La mujer normal, femenina, sin complejos y carente de prejuicios, que todos adoramos ... Y después la feminista coñazo, tocapelotas, incordiona, frustrada, acomplejada, rencorosa, ... que solamente piensa en joder ( acepción de fastidiar, pues ellas no hacen el amor ) al prójimo )
Así que ¡ Viva los Masculino y los Femenino y... abajo machistas y feministas, que son exactamente la misma KK !
Me sumo a todo lo escrito y añado que las feministas son una plaga bien manipulada por los colectivos de izquierdas y antisistemas. Yo soy mujer y trabajo con hombres y mujeres perfectamente y nunca he visto discriminación alguna, claro que hablo de una gran empresa desconozco lo que ocurre en las pequeñas, pero actualmente hay medios para reclamar justicia ( mal llamada igualdad )
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