04 julio 2012

CARTA A ANGELA MERKEL

Miguel nos manda esta carta que dirigió Roberto Centeno, Catedrático de Economía de la Universidad Politécnica de Madrid a la Canciller Merkel, de la que extracto lo siguiente:
España no sólo es salvable es que ni siquiera necesitaría la intervención, sólo necesita la supresión del sistema autonómico, que representa un despilfarro anual de más de 120.000 millones de euros, equivalentes al 12% del PIB. Sin embargo, la oligarquía política se opone radicalmente a desmontar esta gigantesca estructura que ha levantado en su exclusivo beneficio y escapa a las manos de los españoles el poder de cambiar este expolio de proporciones épicas. A día de hoy, el déficit de las regiones y ayuntamientos asciende a unos 5.000 millones de euros mensuales, y está siendo cubierto por el Gobierno con supuestos “adelantos presupuestarios”, supuestos porque jamás serán devueltos, lo que ha elevado el déficit del Estado en un 50% hasta abril, equivalente al 10% del PIB en términos anualizados. Y tampoco pueden pagar los vencimientos de deuda, más de 25.000 millones, y esperan que el Gobierno con el dinero del BCE lo haga por ellos.
Es absolutamente inaceptable, tanto social como económicamente, que la UE y el FMI exijan a España que suba impuestos y recorte prestaciones, sin antes acabar con el despilfarro autonómico.
España tiene 450.000 políticos, cuatro veces más por habitante que la UE- de intereses comunes y nunca como partidos nacionales. Para ellos son más importantes sus ventajas partidistas y personales que los intereses de la nación, lo que les lleva a mantener a toda costa un modelo de Estado cuyo nivel de despilfarro y de corrupción nos conduce a la ruina.
Vivimos bajo un modelo que dividió la nación en 17 autonomías territoriales, totalmente contrarias, excepto dos, a la Historia y a la realidad objetiva de España. Estas autonomías, cuyas competencias más que duplican a las de los Estados federales, son el vehículo con el que la oligarquía política fue colocando a sus familiares, amigos y correligionarios, creando para ello, el equivalente a 17 miniestados con todos los órganos propios de una nación, desde 17 Parlamentos a 19 televisiones públicas (todas en pérdidas), 23 Universidades sin alumnos que las justifiquen a 22 aeropuertos con 300 pasajeros/mes, pasando por infraestructuras absolutamente ruinosas. A ello se unen 8.200 Ayuntamientos, cuando no se justifican más de 3.000, y con niveles de despilfarro inauditos. Sólo Madrid, la capital más endeudada de Europa, tiene 1.500 asesores inútiles, 180 coches oficiales, personal cinco veces más que los grandes ayuntamientos mundiales y ha gastado 500 millones de euros en dotarse de la sede-palacio más lujosa de Occidente, mientras el 23% de madrileños vive por debajo del umbral de la pobreza, de ellos 140.000 niños. Y ahora ¡quieren organizar los Juegos Olímpicos!
Primero colocaron a decenas de miles, luego a cientos de miles y hoy totalizan dos millones de empleados públicos nombrados a dedo –causa principal del brutal nivel de desempleo, ya que en España cada empleo público destruye 2,8 puestos en el sector privado- y donde para no tener que dar explicaciones a nadie crearían hasta 3.000 empresas públicas, la gran tapadera del despilfarro, una inmensa telaraña de ocultación de deuda y corrupción, empleando a 400.000 personas amigas y con sueldos un 35% superiores a la media del sector privado.
El 54% de los depósitos de la banca se concentraba hasta el año 2.000 en cajas de ahorro, que habían sido el referente de las clases humildes españolas durante casi dos siglos y que se convertirían en botín preferido de los Presidentes autonómicos, que impondrían a personas políticas afines no profesionales al frente de las mismas, al objeto de poder disfrutar de un poder económico casi ilimitado para financiar sus obras faraónicas y los disparates más inauditos.
Veinte “gestores” irresponsables y moralmente corruptos, interrelacionados política y económicamente por 14 presidentes autonómicos, que les garantizaría la no intervención del Banco de España primero y la ocultación de la realidad de sus balances después, financiarían los proyectos inmobiliarios más inauditos, que junto con las grandes obras públicas llevarían a la quiebra a la mayoría de estas instituciones bicentenarias en solo ocho años. PP, PSOE y nacionalistas sellarían un pacto de silencio para que ninguno de los responsables de tamaña catástrofe fuera procesado.
En conjunto, esta situación ha llevado a España a un nivel de endeudamiento público y privado del orden del 400% del PIB, el más elevado del planeta, una cantidad que jamás podrá ser devuelta.
Es por ello Sra. Canciller, que como única persona que está hoy en condiciones de ayudar al pueblo español, me dirijo a Ud. para pedirla que antes de la intervención exija en su lugar la supresión la locura económica que implica la actual administración autonómica y local. La eliminación de un gasto inútil de 120.000 millones de euros anuales, permitiría reducir el endeudamiento y crear empleo significativamente en relativamente poco tiempo, mientras que la alternativa conllevaría una brutal deflación interna con unas consecuencias económica y socialmente devastadoras. Un sufrimiento casi inimaginable para los españoles actuales y futuros, para mantener los privilegios de una oligarquía política parasitaria y corrupta. [ver artículo completo]

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