El País publica una carta firmada por José Luis Peira, que dice así:
Mi vecino es constructor, o lo era. Y yo funcionario, de momento. Hace no tanto, cuando la realidad era de papel celofán, el horizonte un interminable bosque de grúas y las avenidas se alfombraban de coches de alta gama recién estrenados, le confesé lo que ganaba y su respuesta fue tan contundente como sustanciosa: “Yo por ese dinero ni me levanto de la cama”. Hoy es de los que suman su vozarrón contra los empleados públicos. Así somos. Así nos va.
Amigo funcionario, esa realidad de celofán fue la que generó impuestos a go-go y la que posibilitó que surgieran funcionarios como hongos, de los de carrera y de los "otros". Al desaparecer esos "constructores" o empresarios de ocasión, no llega el "maná" para pagar a tanto funcionario. Así funcionan los castillos de naipes, se nos cae una carta y.....
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