04 septiembre 2012

UN POCO DE HUMOR

ENFERMEDAD TERMINAL
Roberto nos cuenta que a una mujer le diagnosticaron una enfermedad terminal: 2 meses de vida.
Decide ir a un pintor para que le haga un retrato y así dejar un bello recuerdo a su familia.
El día que llega al taller del pintor, se sienta para posar y el pintor la empieza a retratar.
Al cabo de un rato ella le dice:
- perdón, ¿podría pintarme una diadema de diamantes en la cabeza?
- sí, señora, por supuesto.
Al cabo de unos minutos:
- ¿y un collar de perlas en el cuello?
- por supuesto señora.
Y le va pidiendo que le pinte también una sortija con un rubí, una pulsera de oro macizo, etc.
Al cabo de unas horas el retrato queda acabado. La señora parecía una reina toda llena de joyas.
El pintor le dice:
- perdone señora, ¿para qué ha querido que le pinte tantas joyas?
-¡¡¡¡¡¡ para que la zorra con la que se case mi marido se vuelva loca buscándolas !!!!!!

EL ABUELO
Cuenta también Roberto, que cierto día un abuelo centenario, que paseaba por una céntrica calle, fue abordado por una prostituta, que burlonamente le dijo:
Eh abuelo, ¿por qué no te vienes conmigo?
El abuelo la responde:
No hija, ya no puedo.
La prostituta le respondió:
¿Por qué no dejas que pruebe?
El abuelo entró y cumplió hasta 3 veces, como un chico de 25 años.
Y decía que no podía, añadió la prostituta.
Ah, a esto si puedo, lo que no puedo es pagar, que me han recortado la pensión.

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