El pasado domingo, día 20 de enero, recibió sepultura en el cementerio de Los Corrales de Buelna Andrés Orcajo de Grado, persona muy conocida en este municipio por haber desempeñado durante décadas el cargo de delegado comarcal de la extinta Organización Sindical Española.
El sentimiento de la población y las numerosas condolencias a la familia fueron muy patentes tanto en el Tanatorio Municipal de Somahoz, Iglesia Parroquial de San Vicente Mártir, que no pudo albergar al numeroso público asistente al funeral, así como al sepelio en el cementerio del pueblo.
Natural de Sasamón (Burgos), Orcajo vino a Los Corrales de Buelna con sus padres siendo niño y aún adolescente comenzó a trabajar en el ferrocarril Santander-Alar del Rey, incorporándose a la empresa corraliega a los dieciséis años y prestando sus servicios en la misma a lo largo de cincuenta, siendo técnico la mayor parte de su vida laboral y teniendo a su cargo las centrales eléctricas de la factoría trefilera en los últimos años.
Afable de trato, mientras desempeñó dicho cargo fueron múltiples las gestiones que en favor de muchos vecinos hizo en Santander ante los distintos organismos oficiales, sobre todo el logro de pensiones de la Cámara Sindical Agraria.
Pero sin duda alguna su iniciativa y gestión más acertada fue la construcción de 100 viviendas sociales en 1965, cuando prácticamente no se construía nada en el municipio y la necesidad de las mismas era el problema más acuciante para la población.
Consiguió gratuitamente unos amplios terrenos en la zona de Lombera que eran propiedad de la entonces Nueva Montaña Quijano S.A.; los puso a disposición de la Obra del Hogar de la Organización Sindical Española, que desarrolló el proyecto por importe de casi veintitrés millones de pesetas, mejorando el mismo en un millón más la citada factoría corraliega. Se construyeron siete bloques de viviendas de 91 metros cuadrados de superficie, además de dos grandes locales destinados a bicicleteros y otros servicios de lo que se constituyó en el actual Barrio de Juan XXIII.
Descanse en Paz y reciban sus familiares nuestro más sentido pésame.
PAULINO LAGUILLO GARCÍA-BÁRCENA
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