Nuestro paisano Adolfo Palacios González firma el siguiente artículo en el Diario Montañés, con el que me siento totalmente identificado:
Quienes han conocido la experiencia de una comunidad teñida de religiosidad, convendrán en que tiene al menos un punto favorable sobre la vida social secularizada. Y para ello habría que recordar lo que eran (¿recordáis?) "pecados de pensamiento". El hombre, pariente del perro, tiende a acomodarse al parecer social, a agradar a aquellos de los que depende para su bienestar diario. Esa cotidiana contemporización le impregna más de lo que cree, y degrada su criterio y su acción en la ética, en la estética ....
Una sociedad librada a si misma suele tender a lo corriente, pues es difícil que una mayoría sea exigente y encuentre buenos criterios, sobreponiéndose a la procelosa urgencia del día a día. Sin la creencia -inducida, lo más probable- de que hay "Alguien" a quien en su fuero interno no puede engañar, se acaba buscando el favorable "juicio de los hombres", más alagador, y siguiendo el gusto del estómago.
La vida atada a un dios, sostenida por la oración y por la comunidad, es forzada hacia una acción y una estética evaluadas desde más profundos niveles ande de plasmarse, niveles que de otro modo ni se sospechan; se desvanecen. Si la religión en cuestión conlleva una ética adecuada, eso es bueno. Y creo que de ello se ha perdido bastante.
Discrepo del autor al denominar al ártículo "Ventajas de la Religión", yo, mejor diría "Ventajas de la Moral Cristiana". A ver si diferenciamos la filosofñia Cristiana y Católica del "Consorcio Religión/Iglesia S.A.L."
ResponderEliminarLas cosas claras, nada tienen que ver los ministros de la Religión con el Maestro que nos legó la filosofía y moral Cristiana.