Todas las virtudes que una persona pueda llegar a tener en su paso por esta vida se encuentran bien patentes en D. Acilino, sacerdote que vino a nuestro pueblo hace más de medio siglo y ya bastante tiempo párroco de la Iglesia de San Ramón, habiendo sido siempre un auténtico ejemplo en su labor pastoral.
Ayer, domingo, D. Acilino vivió sin duda alguna uno de los días más felices de su vida, impartiendo la Primera Comunión a casi una veintena de niños de todo el municipio de Los Corrales de Buelna.
A las doce del mediodía el barrio de Juan XXIII resultó invadido de coches, tanto en sus calles como en el contorno del largo y extraordinario parque contiguo al mismo, con un trasiego de personas engalanadas que se dirigían a la iglesia para acompañar a los niños en una fecha tan singular como preciosa en sus vidas. En definitiva que dicho barrio se convirtió por espacio de casi dos horas en toda una fiesta inusual.
Desde luego que tan relevante acto eclesiástico en el templo que erigió a comienzos de los años sesenta Dª Adela Secades Abarca, viuda de D. Ramón Quijano de la Colina, que tiene como retablo el que perteneció en el siglo XVII a la capilla del palacio de los Ceballos de Barros, vendría a mitigar y hasta a olvidar por un rato el tremendo susto que el muy querido cura párroco padeció recientemente por causa de una vela que al propagar el fuego durante la noche a punto estuvo de haber calcinado el interior de la iglesia, totalmente de madera.
Una vez finalizada la solemne ceremonia nos encontramos a D. Acilino frente al Instituto "Javier Orbe Cano", donde tantas clases y enseñanzas impartió durante muchos años, lo mismo que en otros centros de enseñanza media del pueblo, y le felicitamos por el día tan grande que su parroquia había vivido, añadiéndole a ello lo siguiente: “Hoy se dirige Ud. a comer de lo más pletórico de alegría”.
Su contestación fue tan rápida como fascinante: “No al completo. Mientras hablaba a los niños pensaba simultáneamente en aquel poema de Gabriel y Galán que decía : ¿Somos los hombres de hoy, aquellos niños de ayer?”.
Sabia respuesta de un sacerdote que rebosa bondad, humildad, entrega al prójimo, pobreza…Y que jamás nos ha pedido absolutamente nada.
Sobre todo de un tiempo a esta parte en Los Corrales de Buelna vienen prodigándose iniciativas para nominar calles, erigir monumentos, distinciones oficiales y no oficiales, etc., desde luego que merecidas.
Lo que no podemos entender es la ausencia total de una de ellas para quien lleva tanto tiempo entre nosotros con una entrega personal para todos de lo más abnegada y silenciosa.
Totalmente de acuerdo con la acertada propuesta, si ha habido dos Sacerdotes Grandes, Grandes, en Los Corrales de Buelna uno fue Don Guillermo y el otro Don Acilino.
ResponderEliminarAsí que nos sumamos a la petición de homenaje a nuestro querido Sacerdote, Profesor gran persona y excelente Amigo, Don Acilino, pero que se haga pronto por favor.
Un fuerte abrazo y Todo nuestro reconocimiento, admiración y agradecimiento para nuestro muy querido Don Acilino
Pues, parece ser, que no llegan esos homenajes ni para Don Guillermo ni para Don Acilino...
ResponderEliminarSon tan poco agradecidos y menos generosos las personas de Los Corrales para con sus notables benefactores ???
Eso parece, Familia Campuzano. Será que ya nadie se acuerda de las buenas personas que tanto hicieron por nosotros.
ResponderEliminarEs hora de que se le haga su merecido homenaje, a un hombre que dio tanto y no pidio nada , ejemplo claro de sabiduría y transmisor de la espiritualidad mas pura.Un a vida viviendo en pobreza, abnegadamente, el si ha sido un ejemplo de cristiandad, ¡¡¡¡¡ .Una pena que tenga que hacerse cuando ya no esta.
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