29 noviembre 2013

HÉROES ANÓNIMOS EN EL HOSPITAL

Normalmente aparecen cartas en la prensa resaltando, con razón, las múltiples y reconocidas virtudes de los excelentes profesionales de Valdecilla, pero nunca serán resaltados los valores de otros héroes anónimos, que pasan desapercibidos, algunos de ellos llegados de fuera, que se ven en la obligación de permanecer día y noche, en el hospital, haciendo compañía a sus familiares enfermos. Hoy quiero que quede constancia del comportamiento de una de esas heroínas en la persona de Olga la esposa de Isaac, que ha permanecido día y noche junto a su cama durante casi seis meses.
A Olga hace solamente una semana que la conocimos pero nos ha impresionado tanto, a mi esposa Laura cómo a mí, su excepcional comportamiento, que sentimos la necesidad moral de escribir unas líneas dedicadas a ella.
Hemos compartido habitación en la 5ª planta de Valdecilla, siendo testigos durante ese tiempo, del trato cariñoso dispensado en los últimos momentos a su maltrecho esposo Isaac.
Ha cuidado de él con un cariño, abnegación y una valentía que no nos han pasado desapercibidas, ya que hemos comprobado cómo ha llevado a la práctica, con creces, la promesa que se hace en el matrimonio de amarse en la salud y en la enfermedad.
Su serenidad final es el resultado de sentir la conciencia tranquila producto del deber cumplido, unido a la esperanza de que Isaac haya ingresado en el Gran Hospital, donde a buen seguro que el Doctor Supremo le habrá restablecido de sus dolencias, permaneciendo ya feliz para siempre.
A. José Salas Pérez-Rasilla en Cartas al Director, del Diario Montañés

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