Otra prolongada estancia en la 5ª planta de Valdecilla, en la que mi esposa y yo hemos estado cuidando a mi padre, ha servido para reencontrarnos con aquellos valores de nuestra sociedad que algunos echan en falta, pero que están latentes en el pueblo sencillo, aflorando en determinadas circunstancias.
Si anteriormente manifesté nuestra gratitud al personal sanitario, que ahora reitero, debo reconocer que no sopesé en su justa medida otra parte fundamental en la recuperación del enfermo. Esta labor la llevan a cabo las familias que acompañan a los mismos a las que quiero rendir un cariñoso homenaje.
Las que han compartido habitación con nosotros durante estas prolongadas estancias, han logrado que la, a veces, difícil convivencia se convirtiese en abnegada solidaridad, empatía, compañerismo, respeto, y cooperación con el prójimo (próximo), provocando una sinergia positiva en la recuperación del paciente.
De la acción conjunta del personal sanitario y los familiares de los enfermos, suelen salir beneficiados otros pacientes que por determinadas circunstancias de la vida, generalmente de soledad, se sienten más queridos y acompañados durante este período que en su vida habitual, dando lugar a la conocida ley urbana hospitalaria que dice que, por este motivo, algunos de ellos tratan de alargar su estancia clínica.
Queremos aprovechar la ocasión para agradecer al personal médico, enfermeras, auxiliares, limpiadoras, sacerdote y compañeros de habitación el comportamiento y la actitud que han tenido hacia nosotros.
A. José Salas Pérez-Rasilla en Cartas al Director de El Diario Montañés.
A. José Salas Pérez-Rasilla en Cartas al Director de El Diario Montañés.
OK, Jose y esperamos pronta recuperación de nuestro querido Minuco.
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