30 julio 2014

GENEROSIDAD

Hoy en día no es muy común que vea hechos como los que presencié el otro día cuando paseaba entre Valdecilla y Cuatro Caminos. Un mendigo sentado en la orilla de la acera, cerca de la puerta de un bar, con su boina tendida en el suelo y con algunas monedas que le iban dejando los humanos que se compadecían de él. Como es habitual le ves y nada más, pero me llamó la atención cuando una mujeruca indigente pasó por el lado de él y le pidió una limosna… Yo no salía de mi asombro, pasé pero disimuladamente observé y vi como el mendigo le dijo: ‘Esto es todo lo que tengo’, señalando las monedas de poca cuantía que tenía en la boina y cogiendo más de la mitad se las entregó a la maltrecha mujeruca que a medida que iba caminando pedía una limosna y le contestó ‘Dios se lo pague’. Hoy paso por el lado de él y ya no pasa desapercibido para mi ese generoso hombre ¡Qué ejemplo!
Publicado en la sección de Cartas al Director, del Diario Montañés

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