Laura y yo, una vez completado nuestro periplo de peregrinaciones, iniciado primero con la de Santo Toribio de Liébana y después con la de Santiago de Compostela, hemos querido incorporar otra más, así que nos animamos y nos hemos ido a Roma.
Laura, tiempo antes había desempolvado el libro de Historia del Arte (su asignatura preferida), para estar perfectamente informada de todo lo concerniente a lo que íbamos a ver.
Para mayor seguridad, nos ha acompañado nuestro hijo Alberto, que además de tener un máster en Turismo, había estado anteriormente, con lo que el éxito estaba asegurado antes de partir.
Lo único negativo es que no pudo acompañarnos nuestro otro hijo, Alejandro, que se tuvo que quedar en casa por motivos laborales, aunque nos consta que su novia Thais lo ha cuidado con esmero durante este tiempo.
ANÉCDOTAS:
EN MADRID
Han surgido varias. La primera de ellas en Madrid, ya que el avión salía a 6:30 de la mañana, por lo que teníamos que madrugar, así que nos buscamos un hotel próximo a Cibeles, porque de allí sale un autobús que te lleva al aeropuerto. Nada más llegar, un grupo de 5 jóvenes, entre chicos y chicas nos invitaron a unirnos a ellos, para completar un grupo de 8 y acogernos a la invitación que los había formulado un par de taxistas para llevar los vehículos completos hasta el aeropuerto, cobrándonos lo mismo que el autobús, con la ventaja de llegar antes y poder así adelantar los trámites de embarque. Aceptamos y llegamos enseguida, sobre todo teniendo en cuenta que a esas horas de la madrugada la circulación era escasa y los taxistas volaron, para asegurarse otra nueva hornada de futuros pasajeros.
EN ROMA
Aquí han sido varias:
Aunque debo reconocer que no soy nadie para recriminar nada a los italianos ya que son iguales que nosotros, debo dejar constancia de algunas cosas que me han llamado la atención.
EN EL AUTOBÚS
Me he fijado que el autobús público solamente pagamos los turistas. Los italianos no pagan, ya que el conductor se exime de controlar el marcaje de los pasajeros, entre otras cosas porque el aparato para picar los billetes no está bajo su control, sino que está en medio del autobús. Este los ve pasar, pero no puede percatarse si ellos llevan a efecto la operación de picar el ticket o pasan de largo, que es lo que habitualmente hacen los nativos. Estos me imagino que a primeros de año sacan un ticket de 5 viajes por si aparecen los revisores utilizando uno de esos cinco pases, si se ven obligados a ello, si no se han bajado primero al detectar que se han subido los inspectores.
Como el conductor está eximido de este trabajo, se dedica exclusivamente a conducir, a la mayor velocidad posible, por unas calles, muchas de ellas con adoquines, que hacen que nada más iniciar el viaje, estés deseando que termine el mismo.
EL METRO
Otra de las cosas que me ha impresionado ha sido el metro. En primer lugar llamarlo metro es no hacer honor a la verdad, ya que de 15 centímetros no creo que pase. Nada comparable a lo que en cualquier ciudad europea conocemos como tal. Vaya en su descargo que como en cuanto excabas un poco aparece una ruina, mucho me temo que tal circunstancia haya contribuido a que desistan de tal actitud y de esa forman hayan organizado el desastre de servicio público suburbano que tienen. Para más abundamiento diré que es viejo está muy abandonado y bastante sucio.
Se me ha ocurrido pensar que estos italianos han comprobado que sacan más con las ruinas que con las cosas modernas por lo que me da la impresión que, en el mal llamado metro, dentro de poco organizan visitas guidas, anunciándolo como “Viaje al Catacúmetro”
IGLESIAS
En Roma hay infinidad de iglesias. Estoy seguro que puedes oír misa cada día del año en una distinta y no repetir durante ese período.
LIMPIEZA
Pude ver infinidad de policías en amigables tertulias en actitud de sesteo, pero ni a un solo barrendero, por lo que excepto las cuatro calles muy céntricas, pude ver que la limpieza dejaba bastante que desear.
También debo imaginar, siendo indulgente con ellos que, a pesar de que recibirán ayudas europeas para poder mantener tal cantidad de monumentos, los romanos también tendrán unos impuestos elevados que los impedirá realizar otro tipo de obras que se hacen en cualquier ciudad, a la vez que se toman la licencia de viajar gratis en el autobús, descontándose de esa forma una pequeña parte de los impuestos cobrados por el Estado.
LA FELIZ REALIDAD
Todo lo anterior se ha quedado en eso, anécdotas, cuando te adentras en lo que realmente hace que Roma sea conocida como “La Ciudad Eterna” y que los romanos sean unas personas encantadoras, simpáticas y con una cierta complicidad cariñosa para con los españoles.
EL VATICANO
Decir impresionante es poco. La Piedad, de Miguel Ángel, es una maravilla de escultura que merece la pena contemplar. En cuanto a pintura me encantó también La Escuela de Atenas, donde Rafael dejó su impronta. Capítulo aparte merece la Capilla Sixtina, en la que Miguel Ángel puso todo su arte y que yo procuré apreciar desde el lado contrario donde estaban Caronte y Minos, para tener una mejor perspectiva y evitar ser reconocido por ellos en alguna ocasión, espero que dentro de mucho tiempo.
Para que la cosa fuera completa, subimos a la cúpula de la Basílica, desde allí pudimos ver la Plaza de San Pedro en toda su magnitud, donde el domingo estuvimos siguiendo el Ángelus y pudimos ver al Papa Francisco.
FLORENCIA
Baste decir que, además de ser el punto de partida del Renacimiento, el centro histórico de la ciudad ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad y donde, a diferencia de Roma, no ves un papel en el suelo.
Allí vimos el David de Miguel Ángel, la galería de los Uffizi, la Catedral y la Santa Croce, donde están enterrados el propio Miguel Ángel, Galileo, Maquiavelo y Rosini. Como comprenderás ante tamaño ramillete de celebridades es imposible no quedan altamente impresionado.
ROMA
Es inevitable visitar el Foro Romano, el Coliseo, El Panteón, La Fontana de Trevi, el Castel de Sant’Angelo, la Plaza del Popolo (a donde dan tres iglesias) y la famosa Plaza de Spagna, así como el célebre barrio del Trastévere.
Desde aquí te animo a que no te lo pienses dos veces y, si tienes oportunidad y no has ido, realices esta extraordinaria peregrinación, de la que estoy seguro que no te arrepentirás y donde además de todo esto, podrás comer una pasta deliciosa y unos helados riquísimos.
Si ya has estado en alguna ocasión pues anímate también y repite, para comprobar personalmente que lo que te he contado se corresponde con la realidad.
Me alegro que haya sido esta la causa de tu "abandono" y no una gripe cualquiera.
ResponderEliminarBienvenido de nuevo a la tierra después de haber pisado la gloria.
Porca miseria....
Un saludo
OK, Jose, interesante periplo y anécdotas y ¡ bravo por disfrutar con la family de tan estupendas y nutritivas vacaciones !
ResponderEliminarQuien bien disfruta de la familia, siempre será feliz en familia.
Un fuerte abrazoa tí & Family