Ignacio nos remite esta carta que no tiene desperdicio. La escribe el esposo de una catedrática y que dice así:
No soy docente, pero convivo con una, lo cual por un lado me permite saber en qué consiste su trabajo, y por el otro me da la ventaja de no tener compromisos con los padres de los alumnos, por lo cual voy a decirles lo que pienso, como es mi costumbre.
Si usted es de esos padres en vías de extinción que se preocupan por la educación de sus hijos, entonces no lea el siguiente texto ya que no es para usted.
En cambio si es de esa nueva generación de padres "modernos" que creen que la escuela es un depósito de niños y jóvenes para que no molesten cuando usted chatea en facebook, mira fútbol y novelas, o simplemente duerme la siesta, entonces hágame el favor de leer estas definiciones que seguramente le aclararán el panorama:
• Los docentes enseñan lengua, pero enseñarle a su hijo a no vagar por la calle a los gritos faltando el respeto a quienes lo oyen le corresponde a usted.
• Los docentes enseñan anatomía, pero enseñarle a no embarazarse a los 13 años le corresponde a usted.
• Los docentes enseñan biología, pero enseñarle a no matar por diversión le corresponde a usted.
• Los docentes enseñan informática, pero enseñarle a no pasarse 10 horas por día en las redes sociales le corresponde a usted.
• Los docentes enseñan dibujo y pintura, pero enseñarle a no escribir paredes y rayar autos le corresponde a usted.
• Los docentes enseñan contabilidad, pero enseñarle a no gastar el dinero en alcohol, tabaco y drogas le corresponde a usted.
• Los docentes enseñan geografía, pero enseñarle a no estar el día entero fuera de su casa le corresponde a usted.
• Los docentes enseñan ética, pero enseñarle a respetar a los mayores y no burlarse de las personas con discapacidades le corresponde a usted.
• Los docentes enseñan gimnasia, pero enseñarle a no correr huyendo de sus actos irresponsables le corresponde a usted.
• Los docentes enseñan historia, pero enseñarle a forjar su propia historia le corresponde a usted.
• Los docentes enseñan matemáticas, pero enseñarle a no SUMAR errores, a no RESTAR esfuerzos, a no MULTIPLICARSE antes de tiempo, y a no DIVIDIR familias, eso le corresponde a usted.
Las sociedades funcionan cuando todos hacen su aporte. Los docentes, aunque mal pagados, hacen su trabajo con vocación.
Usted que es perfecto y marido de catedrática, supongo que lo habrá hecho todo así.
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