EL PERDÓN DE MI SOBRINA LAURA

Hace unos días asistí a la primera confesión, acto conocido como El Perdón, de mi sobrina Laura y una treintena más de niños, en la Virgen Grande de Torrelavega. Estuvo al frente del mismo D. Jesús, el párroco, y salí gratamente sorprendido de la sencillez y emotividad del acto.

Se nos hizo ver a los familiares que durante el período de catequesis se ha instruido a los niños para que en el futuro sean “buenas personas”, teniendo como modelo y líder espiritual a Jesús de Nazaret, que pasó por este mundo haciendo el bien.

Con cierta gracia nos dijo que no esperásemos que el resultado de tal instrucción tuviese un efecto inmediato, dejando sentado que los niños continuarían siendo inquietos, traviesos, contestones, desobedientes …., porque él sabía que tenían que pasar unos años para que germinasen las enseñanzas recibidas durante este periodo. Nos hizo ver cómo sería un mundo formado por “buenas personas”, donde no habría guerras, ni desigualdades sociales ni injusticias.

Nos invitó a utilizar dentro de nuestro entorno familiar y social, tres palabras que citó el Papa Francisco, que están cayendo en desuso, y que bien pudieran ser el primer eslabón para, entre todos, familiares y niños, conseguir ser un poco mejores. Esas palabras, son: “por favor”, “gracias” y “perdón”.

Ignoro si la idea que trató de transmitirnos D. Jesús habrá calado hondo entre los niños, pero lo que sí es cierto que yo, próximo a cumplir los 65, no solamente se me hizo corto el acto, sino que salí del mismo con la intención de tratar de ser mejor persona para, en lo posible, colaborar a hacer un mundo mejor, porque los mayores también tenemos que implicarnos, ¡¡¡no lo vamos a dejar todo en manos de los niños!!!

A. José Salas