24 octubre 2015

EL CHIVO EXPIATORIO

Con más frecuencia de la deseada, recibimos la noticia del grave atropellamiento a un ciclista o peatón.
En cualquier momento vemos, con relativa asiduidad, que hay vehículos que circulan a más velocidad de lo establecido, ejecutan maniobras prohibidas, se saltan semáforos en rojo o no ceden el paso a los peatones en los pasos de cebra.
También los peatones, a menudo, cruzan la calzada por cualquier parte o se saltan semáforos.
Se han hecho calles peatonales que antes estaban destinadas a la circulación de vehículos, que han sido “privatizadas” por los hosteleros de la zona, que han establecido terrazas que ocupan gran parte de la superficie pública teóricamente destinada a los peatones.
Todas estas cuestiones no solamente son aceptadas generalmente por la ciudadanía como normales y raramente aparecen cartas en la prensa denunciando las mismas sino que además, para tranquilizar la conciencia ciudadana, se han inventado un chivo expiatorio en el que concentrar injustamente toda la ira ciudadana: el ciclista urbano. Mientras se silencian las irregularidades cometidas por conductores, peatones y hosteleros al ciclista, que no digo que sea perfecto, se le cargan injustamente todas las citadas anteriormente y alguna más, siendo acusado de ser el único que va a mucha velocidad, hace maniobras prohibidas, se salta semáforos, ocupa la superficie destinada a los peatones…..etc., etc., apareciendo, con más asiduidad de la deseada, quejas en la prensa, a pesar de que los accidentes causados por ellos son mínimos y de poca cuantía.
Creo que la solución que puede conseguir una convivencia pacífica entre conductores, ciclistas y peatones, pasa por construir más carriles bici así como promover una mayor educación cívica.
A. José Salas en Cartas al Director, del Diario Montañés

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