Una condición para que la enseñanza escolar sea buena es que los docentes tengan un genuino interés o “amor” por tres cosas: por lo que enseñan, por el alumno y por la sociedad a la que quieren contribuir. No es fácil. El amor a la asignatura lo perjudican la escasez de tiempo para prepararla, el uso diario de un libro malo, el tener muchas clases seguidas.
El amor a los niños, a cada niño, lo empaña el tener una vida personal demasiado azarosa, o mal salud, así como la falta de profesionalidad en la gestión de los sentimientos que el trato diario conlleva; también el excesivo apego a las conveniencias y convencionalismos, y la menesterosidad extrema del alumnado.
El amor a la sociedad lo corroe la falta de proyecto colectivo a nivel nacional, la ausencia de apoyo o valoración por parte de la comunidad educativa, la falta de futuro, y la mala organización en el centro, ya que éste debe erigirse en microcosmos, a imagen de lo que debería ser el mundo; si falla la organización en el trabajo, falla la esperanza en el colectiva más amplio.
Jesús Palacios González, en Cartas al Director, del Diario Montañés
Hay que ver lo bien que se nos da la prosa.Una vez escuché una frase que decía.."el que sabe hace, los demás se suelen dedicar a dar explicaciones" y digo explicaciones por ser un poco gentil pues el que la dijo usó la palabra enseñanza. Cuando fui padre joven, asistía a charlas de sicopedagogos y saqué la conclusión de que mis antepasados dispusieron de la ciencia infusa, pues el ser padre no podía ocurrir antes de terminar sicología. Siendo niño, en la escuela de mi pueblo un maestro atendía a 40 niños de diferentes edades, de diferentes inteligencias y con diferentes ganas, los agrupaba en conjuntos homogéneos y mientras unos resolvían problemas o hacían redacciones, etc. él enseñaba a leer a los más pequeños. Puedo asegurar que de allí salieron, con estudios posteriores, técnicos importantes y mucha gente de provecho que han conseguido alcanzar sus objetivos vitales. La calidad de la enseñanza es establecer niveles homogéneos en función de sus capacidades, exigir en función de las mismas y no tratar de homogenizar a la totalidad de la población. ¡Ah! y procurar que Magisterio no sea el lugar de recogimiento para algunos que, no pudiendo optar a titulaciones de acceso más dificultosas eligen esa profesión pensando también en las vacaciones.
ResponderEliminarEn tanto en cuanto no se considere la Educación-Formación, de nuestros chavales, la misión más importante, necesaria y prioritaria de nuestros gobernante, España seguirá siendo lo que ahora es: UN PAIS DE KK.
ResponderEliminar... Por cierto, el padre del quien ha escrito el artículo de esta página, fue un excelente profesor, lo cual puedo afirmar con criterio dado que yo fui uno de sus discípulos. Grande, Grande, fue Jesús Palacios Senior ( QEPD ) un excelente técnico y gran artista (dibujante, caricaturista, músico, creador diverso,... )
ResponderEliminarPor ello, siempre Palacios Senior estará en mi corazón y al cual le estaré eternamente agradecido. Esperamos que su hijo siga la senda de su genial Padre.