11 diciembre 2015

FRANCIA CONVIERTE EN LEY PAGAR POR IR EN BICI AL TRABAJO

Francia hizo el año pasado un experimento que salió bien: pagar por ir en bici a trabajar. Durante seis meses, de junio a noviembre, 18 empresas voluntarias de varias ciudades del país abonaron 25 céntimos de euro por cada kilómetro que sus empleados recorrían en bicicleta. Al final de la prueba, se había duplicado el número de ciclistas y el uso de las dos ruedas como medio de transporte. El éxito llevó al Gobierno de François Hollande a incluir la medida en la Ley de Transición Energética aprobada este verano.
En este país, el sistema fiscal ya permite a las empresas pagar la mitad del abono de transporte público a sus empleados y deducirse esa cantidad de las cotizaciones sociales, pero algo así no existía para la bici. Lo interesante, a pesar de las críticas, es que la medida ya está cambiando los hábitos de desplazamiento en las ciudades, donde se genera el 40% de las emisiones. Lo demostró el experimento del año pasado, pues el 19% de las personas que solía ir en coche al trabajo cambió su vehículo por la bici, y el 54% dejó el transporte público por darle a los pedales, como concluye un informe de la Agencia de Medio Ambiente y Control de la Energía (ADEME). “Motiva mucho recibir una compensación por el medio de transporte que se elije, eso fue lo que me decidió”, comenta Franck Souchal, empleado de la empresa Valophis, una de las 18 voluntarias de 2014.
La gente está convencida de que el coche o el transporte público es lo más cómodo, pero el día que descubres la bici, resulta un gran placer y es mucho más rápida”. Souchal solía hacer una carrera con un compañero de trabajo: él tardaba pedaleando 15 minutos en recorrer 6 kilómetros, y su colega, en coche, 30 minutos. Y al final del año, su cuenta bancaria contaba con 300 euros más. La nueva norma, que aún puede cambiar, rebaja a 200 euros el máximo que los ciclistas recibirán, pero como Souchal, muchos dicen que aunque no les pagaran, ya no darían marcha atrás. “Uno de mis compañeros ha vendido el coche. Ahora va en bicicleta hasta las puertas de París y ahí toma el tren hasta el trabajo. A mí la prueba me ha convencido. En bici soy feliz”.
Fuente: ballenablanca

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