Recientemente, en el diario Público, su director tuvo a bien publicar un artículo de su puño y letra en el que se preguntaba cómo es posible que los jubilados y la gente que vive en el ámbito rural, no voten a esa cosa que se ha dado en llamar “fuerzas de cambio”, sin que aún sepamos si el cambio es para bien. Esto en sí no tendría nada de reprochable si no fuera por la aparente esperanza que causa en el autor la obviedad de que los jubilados españoles, evidentemente, se morirán más pronto que tarde.
"El único consuelo es que el dominio del PP tiene los años contados: ya sólo le apoya un 11,3% de los electores menores de 35 años, y es ley de vida que a los mayores de 65 no les quedan muchas citas con las urnas".
Este desprecio más o menos explícito por los jubilados puede perfectamente ser una de las razones por las que prefieren votar al PSOE o al PP, entre otras muchas. Más o menos lo mismo ocurre con las personas con rentas bajas, de esas que compran en Primark.
Si la gentuza volara, el cielo estaría siempre negro.
ResponderEliminar