Una trabajadora de un mercado de Sabadell ha sido multada con 100 euros por un agente de la Policía Municipal. El guardia que le impuso la denuncia dejó el vehículo policial mal aparcado y entró en el establecimiento para comprarse una pasta, en concreto una caña. Las empleadas de la tienda comentaron entre ellas, en voz alta pero sin dirigirse al agente, que el coche patrulla que veían desde el mostrador estaba mal estacionado. El policía, mientras hacía cola para comprar, se sintió primero aludido y luego, como se pudo constatar, ofendido, pero no dijo nada. Cuando pagó su dulce tuvo un arranque de furia y, con tintes de abuso de poder, se dirigió a una de las empleadas que había realizado el comentario en voz alta, sacó su libro de multas y sancionó sin más a una de las trabajadora, alegando que era una falta de educación hacer aquel comentario delante de él.
En el escrito de la sanción, el agente la justifica con una sola frase: «Por faltas de respeto y consideración dirigidas a un miembro de las fuerzas y cuerpos de seguridad». No explica nada más.
Fuente: DIARI DE SABADELL
Ahora dicen: España nos multa, y se quedan tan anchos.
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