Nos conocemos y somos amigos desde hace más de 50 años y tenemos la buena costumbre de reunirnos de vez en cuando para cambiar impresiones.
Hoy, todos jubilados y sin nuestras esposas, hemos quedado en el Fleming de Somahoz, donde hemos comido y analizado nuestros años juveniles, coincidiendo plenamente en que formamos parte de una generación afortunada, en la que nos tocó vivir una etapa que podemos considerar irrepetible. Tuvimos una calidad de vida mucho mejor que la de nuestros padres y creo que nuestros hijos y nietos no van a ser tan afortunados, aunque nos gustaría que pudiesen gozar de las múltiples ventajas que tuvimos nosotros.
La educación que recibimos en el colegio de La Salle fue totalmente gratuita, no teniendo que pagar ni los libros de texto. Una vez acabado nuestro período escolar, se nos garantizaba un puesto de trabajo en la empresa Nueva Montaña Quijano, y si alguno quería ampliar estudios se la daba todo tipo de facilidades para que pudiera hacerlo.
Durante este período hemos podido comprobar cómo, debido mayoritariamente a la crisis económica, política, social y de valores que estamos sufriendo, a la que han contribuido las “inteligentes” aportaciones de nuestros políticos, sindicalistas, banqueros y empresarios, se ha conseguido transformar en escaso y alejado un bien como es el trabajo, tan necesario para el desarrollo personal, familiar y social, que nosotros tuvimos en abundancia y a la puerta de casa, hasta el extremo que nuestros hijos y nietos han tenido que buscar el sustento, no solamente fuera de nuestros límites locales o regionales, sino hasta nacionales.
Cabe también reseñar que algunos de nuestros compañeros que antaño salieron en busca de trabajo fuera de nuestro valle, nunca fue por falta de oportunidades laborales aquí, sino más bien motivado por inquietudes personales o por mejorar su situación laboral en otras empresas, en las que siempre se valoró la gran preparación laboral y personal de los mismos ocupando, en la mayoría de los casos, puestos de responsabilidad en sus nuevas ubicaciones.
Hablamos también de nuestros compañeros de trabajo y de algunos otros amigos y vecinos de aquella época, comprometiéndonos a tener un nuevo encuentro en el que nos acompañen nuestras esposas, ya que siempre son bienvenidas en nuestras reuniones.
En la fotografía puedes ver, de pie y de izquierda a derecha: Vicente Puente, José María Postigo, Juan José Ruiz y Mariano Velasco. Sentados y en el mismo orden: Delfín Ruiz, José Salas, Francisco Valero y José Antonio Gómez, no pudiendo asistir en esta ocasión Salomón Cuadrado y Juan Valero, a los que en esta ocasión hemos puesto “falta justificada”, pero con los que esperamos contar en próximas ocasiones.
Hoy, todos jubilados y sin nuestras esposas, hemos quedado en el Fleming de Somahoz, donde hemos comido y analizado nuestros años juveniles, coincidiendo plenamente en que formamos parte de una generación afortunada, en la que nos tocó vivir una etapa que podemos considerar irrepetible. Tuvimos una calidad de vida mucho mejor que la de nuestros padres y creo que nuestros hijos y nietos no van a ser tan afortunados, aunque nos gustaría que pudiesen gozar de las múltiples ventajas que tuvimos nosotros.
La educación que recibimos en el colegio de La Salle fue totalmente gratuita, no teniendo que pagar ni los libros de texto. Una vez acabado nuestro período escolar, se nos garantizaba un puesto de trabajo en la empresa Nueva Montaña Quijano, y si alguno quería ampliar estudios se la daba todo tipo de facilidades para que pudiera hacerlo.
Durante este período hemos podido comprobar cómo, debido mayoritariamente a la crisis económica, política, social y de valores que estamos sufriendo, a la que han contribuido las “inteligentes” aportaciones de nuestros políticos, sindicalistas, banqueros y empresarios, se ha conseguido transformar en escaso y alejado un bien como es el trabajo, tan necesario para el desarrollo personal, familiar y social, que nosotros tuvimos en abundancia y a la puerta de casa, hasta el extremo que nuestros hijos y nietos han tenido que buscar el sustento, no solamente fuera de nuestros límites locales o regionales, sino hasta nacionales.
Cabe también reseñar que algunos de nuestros compañeros que antaño salieron en busca de trabajo fuera de nuestro valle, nunca fue por falta de oportunidades laborales aquí, sino más bien motivado por inquietudes personales o por mejorar su situación laboral en otras empresas, en las que siempre se valoró la gran preparación laboral y personal de los mismos ocupando, en la mayoría de los casos, puestos de responsabilidad en sus nuevas ubicaciones.
Hablamos también de nuestros compañeros de trabajo y de algunos otros amigos y vecinos de aquella época, comprometiéndonos a tener un nuevo encuentro en el que nos acompañen nuestras esposas, ya que siempre son bienvenidas en nuestras reuniones.
En la fotografía puedes ver, de pie y de izquierda a derecha: Vicente Puente, José María Postigo, Juan José Ruiz y Mariano Velasco. Sentados y en el mismo orden: Delfín Ruiz, José Salas, Francisco Valero y José Antonio Gómez, no pudiendo asistir en esta ocasión Salomón Cuadrado y Juan Valero, a los que en esta ocasión hemos puesto “falta justificada”, pero con los que esperamos contar en próximas ocasiones.
Hombre, me alegro de ver esta foto, con el Sr.Trapero estuve no hace mucho, con el "bajito" en la reunión del "cole", al Vicentito le veo siguiendo el régimen como desde hace tiempo. Al Sr. José también le he visto y además le sigo en sus alardes deportivos y de comunicación manteniéndome al día de lo que pasa en la "capital".
ResponderEliminarPero lo que más me ha alegrado ha sido ver al Sr. Delfín, al cual no veo desde hace más de treinta años. Decirle, si es que sigue este blog, que parece haber echado mucha "cara" desde que dejó trefilería y marchó con el "Fuji". Así que un abrazo para todos y especialmente para el que hizo la mili en "Cai" y volvio con la expresión "azuquiqui"
Me he bajado la foto y la guardaré con todo el cariño del mundo.
Un abrazo para todos
Perdón, se me olvidaba. Guardad la foto como oro en paño pues habéis elegido muy bien el lugar. Así vuestros nietos (yo no los tengo) podrán decir dentro de "no mucho" (Dios no lo quiera), "Lo que el río se llevó"
ResponderEliminarOtro abrazo
Efectivamente AMIGOS,una falta por circunstancias ajenas y que esperemos,Dios lo quiera la próxima estemos todos(como bien dices.....mejor acompañados(digo yo) y lo corroboro),aunque alguno entre los que me incluyo(que no por ganas),no aportemos la susodicha compañía,un abrazo...
ResponderEliminar