Mariola nos cuenta que un hombre entro en un local y vio a un señor en el mostrador.
Maravillado con la belleza del lugar, pregunto:
-Señor, ¡qué se vende aquí?
-Los dones de Dios. Le respondió el señor.
-Los dones de Dios. Le respondió el señor.
-¿Cuánto cuestan? volvió a preguntar.
-¡No cuestan nada! ¡Aquí todo es gratis!
El hombre contemplo el local y vio que había jarros de amor, frascos de fe, paquetes de esperanza, cajitas de salvación, mucha sabiduría, fardos de perdón, paquetes grandes de paz y muchos otros dones.
El hombre, maravillado con todo aquello, pidió:
-Por favor, quiero el mayor jarro de amor, todos los fardos de perdón y un frasco grande de fe, para mí, mis amigos y familia. Entonces, el señor preparo todo y le entrego un pequeño paquetito que cabía en la palma de su mano. Incrédulo, el hombre dijo:
-Pero, ¿cómo puede estar aquí todo lo que pedí? Sonriendo, el señor le respondió:
-¡En el Local de Dios no vendemos frutos!¡Solo semillas! ¡¡Plántalas!!
Sembrar es el mensaje de ahora en adelante y dependiendo de tu siembra será tu cosecha.
Acabo de sembrar mis semillas; te toca a ti continuar la siembra.
¡Feliz siembra y mejor cosecha aún! ¡Que en el año que va a comenzar obtengas una gran cosecha de salud, amor, felicidad y paz!
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