He participado nuevamente en esta prueba nocturna que combina trazado urbano y montaña, que discurre por los términos municipales de Cartes, Santillana del Mar y Reocín y que la organización se encarga de estropear con su torpe proceder.
En las pruebas que participo, la mayoría de las veces comienzo alabando a la organización de las mismas, algo que, por primera vez, no sucede en esta ocasión.
Hay errores imperdonables y otros subsanables. Entre los imperdonables está el retraso de casi media hora que sufrimos en la salida de la prueba. Me parece una falta de respeto a los participantes, muchos de los cuales tendrían obligaciones personales, familiares o laborales que se vieron perjudicadas por ese retraso. Otros nos habíamos desplazado desde otros lugares y teníamos que volver a nuestros domicilios, por lo que ese retraso trastocó algún que otro plan.
Entre los subsanables, reitero mi observación del año pasado, del peligro de la coincidencia de trayecto, durante los tramos finales, de la especialidad de bicicleta con la de marcha, que se subsanará cuando haya algún lamentable incidente, que de milagro no ha sucedido por el momento.
Otra de los inconvenientes subsanables es el error de hacernos pasar por el Asilo por unas pasarelas y unas escaleras en las que había que hacerlo de uno en uno. Esta prueba estaba colocada en el primer tercio de la marcha, yendo todavía todos agrupados, por lo que al acceder a este tramo se produjo un embotellamiento impresionante, que añadió aún más tiempo al retraso inicial.
En cuanto al aspecto climatológico y deportivo, todo son alabanzas. Hizo un tiempo excepcional para este tipo de pruebas y la participación fue masiva, dentro de un sano ambiente festivo y deportivo.
En cuanto al aspecto climatológico y deportivo, todo son alabanzas. Hizo un tiempo excepcional para este tipo de pruebas y la participación fue masiva, dentro de un sano ambiente festivo y deportivo.
En lo que a mí respecta, hice un buen tiempo 02:04:35, inferior al del año pasado, acabando en el lugar 63 en la especialidad de andarines, de casi 900 participantes. Pero lo más importante es que disfruté de esta preciosa marcha, a la que espero asistir el año que viene, deseando que la organización haya subsanado, para entonces, los inconvenientes señalados al inicio.
Bueno, la coincidencia de ciclistas y peatones se da frecuentemente en las aceras de las ciudades igualmente. Poco a poco habrá que irse acostumbrando. Y como en Holanda, los guías gritan "bici" a los grupos para no tener incidentes.
ResponderEliminarSi a eso sumamos monopatines y otros motorizados que comienzan a pulular por nuestras ciudades, los jubilados miraremos por la ventana.
Es el "progreso"
Amigo anónimo: No es lo mismo circular pacíficamente por la acera, bien iluminada, procurando tener cuidado con los peatones, que en una prueba competitiva nocturna que combina campo y ciudad, con espacios reducidos.
ResponderEliminarGratamente sorprendida; el recorrido inteligente, ameno, cumpliendo varios objetivos.
ResponderEliminarLos ojos de la gente brillaban, los locales llenos, habéis mostrado la ciudad desde otra perspectiva, pasar por dentro de la residencia, por los concesionarios sin olvidar que se corría por la vida y terminar en esa pasarela que por un momento te crees algo¡¡¡¡oleé!!!!oleeee.Me encantó, hasta el año próximo
No es llegar el primero, es una tarde de mi vida genial.