Tras un breve silencio en los que no he podido hacerte compañía, como viene siendo habitual, y para no ser descortés con los que no he podido corresponder al darme afectuosamente los buenos días en el Facebook, paso a exponerte los motivos por los que he estado ausente, que en este caso tiene un componente deportivo-cultural. He estado con un grupo de amigos en la cordillera del Atlas, subiendo al Toubkal, la cima más alta de Marruecos.
El ir a Marruecos supone una ruptura con nuestra cultura occidental, pero en este caso ha supuesto también un contraste atmosférico ya que el viernes dejamos Santander, a la altura del mar, con viento sur que facilitó una temperatura de 25º, para en espacio de un par de días pasar a 4167 metros de altura, con una temperatura de -5º, que combinada con el fuerte viento propiciaba una sensación térmica de -12º.
Pero antes de pasar a la aventura propiamente dicha vamos a ver ese trasfondo cultural que nuestra aventura deportiva nos ha permitido conocer.
LÍO EN EL AEROPUERTO
Empezamos por el aeropuerto de Marrakech, donde cualquier pasajero occidental no saldrá de su asombro en cuanto a burocracia se refiere. En el mismo hay que rellenar un formulario, tanto a la entrada, como a la salida, con datos que muchos figuran en el pasaporte o en el billete, tales como nombre y apellidos, profesión, lugar de procedencia y destino, así como el motivo del viaje. Menos mal que sabiendo esta contrariedad, se nos había avisado que para cubrir tal formalidad llevásemos bolígrafo, porque así haríamos menor el tiempo dedicado a este trámite y evitar así innecesarios retrasos buscando que alguien nos prestase uno e ir traspasándonoslo para rellenarlo.
Nada más cumplir ese requisito acudimos a una de la aproximadamente media docena de cabinas donde estaba el funcionario de turno para cumplimentar nuestro ingreso en el país. Ante nuestra sorpresa, cuando solamente habían atendido a unos pocos pasajeros de nuestro vuelo, debieron de pensar que ya habían trabajado lo suficiente y empezaron a abandonar sus puestos de trabajo de uno en uno. Los pasajeros ante la falta de personal de la fila en la que estaban, se pasaban a otra, el funcionario que veía que se le incorporaban los pasajeros de la fila del que había abandonado su trabajo, hacía lo propio, con los que los viajeros debían pasarse a otra fila, volviendo a repetirse la escena anterior nuevamente, ante la recriminación del único que permaneció en su puesto. Este ejemplar funcionario iba recriminando uno a uno a aquellos que abandonaban su puesto, sin conseguir que estos desistiesen en su actitud. Unos minutos después apareció un nuevo personaje que pienso debía ser un jefe, el cual consiguió que algunos de los que había abandonado su puesto volvieran al mismo, pero a tal efecto se habían incorporado nuevos pasajeros procedentes de otro vuelo, con lo que el desconcierto generado era monumental.
Una vez obtenido el sello que nos autorizaba entrar en el país, nos la prometíamos muy felices, pero ante nuestra sorpresa teníamos que hacer una nueva fila, para que un nuevo funcionario revisase el sello que había puesto el funcionario anterior.
La guinda la puso la nueva fila que tuvimos que formar después y que nunca he visto en ningún aeropuerto, y era que nos volvían a escanear en destino la maleta que nos habían escaneado previamente a la salida. Total que entre una cosa y otra, debimos de estar en estos trámites más tiempo de lo que duró el vuelo que dio origen a los mismos.
COMIENZA EL VIAJE HASTA EL ALBERGUE
Una vez salimos de aeropuerto y tras localizar a quienes nos tenían que trasladar en coche hasta Imlil (1800 m), iniciamos nuestro periplo por aquellas tierras. El viaje transcurrió con normalidad, pero me dio tiempo a observar una nueva peculiaridad. Ignoro la magnitud del parque de motocicletas en Marruecos, pero debe ser superior al de habitante, hasta el extremo que a ambos lados de la calzada, disponen de un pequeño carril dedicado exclusivamente a ellas.
El viaje duraría una hora, más o menos, hasta que llegamos al albergue de Ali, donde nos esperaba una cena bien condimentada y abundante, en un lugar limpio y agradable. Como estábamos cansados y entre los viajes y trámites eran las 2:30 de la mañana, una hora menos para ellos, nos fuimos a la cama. Cuando desconoces la cama y estas fuera de casa, suele tardarse en conciliar el sueño, así que cuando prácticamente habíamos conseguido dormirnos, fuimos despertados de una forma poco corriente.
DESPERTAR INSOSPECHADO
Ese primer día fuimos despertados con la llamada a la oración desde el minarete que se suele hacer hora y media antes de la salida del sol, que aquel día era un poco antes de las 6 de la mañana, así que nuestro primer sueño en tierra marroquí duró escaso tiempo.
APROXIMACIÓN AL REFUGIO DEL TOUBKAL
La primera mañana la dedicamos a desplazarnos hasta el refugio del Toubkal. Este refugio está en la montaña del Atlas, a 3207 m de altura. Dispone de unas 80 plazas que en ocasiones puede llegar a albergar hasta a 150, según fechas. En invierno es un refugio caliente, al estar la gente muy junta. No hay mantas, por lo que es conveniente llevar saco. La comida es local y abundante, aunque poco variada.
¿QUIEN MANDA EN MARRUECOS?
Todo el mundo sabe que en Marruecos manda el rey Mohamed VI, y aunque en términos políticos nadie pude ponerlo en duda, he podido comprobar que tiene algunos colaboradores para ejercer esta función de forma compartida. También quiero manifestar que pude comprobar que las mujeres no solamente no mandan, sino que son invisibles, hasta extremos insospechados para un europeo.
En ese mando compartido con su majestad, diré que en la ciudad las que mandan son las motocicletas que circulan por carreteras, las estrechas calles y plazas, con una total libertad y sin ningún tipo de código de circulación a respetar, dentro de un caos circulatorio. Pude ver a toda una familia al completo, compuesta por el padre, la madre y tres hijos subidos en una pequeña motocicleta, eso sí, sin que ninguno de ellos portase un casco protector.
Una vez que la carretera se empina y alcanza cotas elevadas que dificultan la circulación de motocicletas, quienes mandan son las mulas. Quiero añadir que tiene una cierta explicación y es que son más rápidas que las personas y además conviene que lleguen antes, porque trasladan en sus lomos el contenido de más peso que los montañeros procuran evitar, limitándose a llevar encima lo imprescindible para abrigarse, alimentarse e hidratarse. Por este motivo no dudan en ceder el paso a estos animales, que en estas escarpadas sendas se convierten en el elemento esencial de transporte.
EL ASCENSO A LA CUMBRE
La mañana del siguiente día comenzó muy pronto porque a las 5 de la mañana teníamos que desayunar, para a las 6 iniciar nuestro viaje de ida y vuelta al refugio para comer. Como todavía era de noche, llevábamos unos frontales que nos facilitasen una mínima iluminación, provocando espectaculares imágenes por la ladera, en las que además de la luna y un atisbo de amanecer, aparecemos los montañeros serpenteando por la ladera con nuestra iluminación artificial.
Tras unas más de tres horas y media de ascensión llegamos a la cumbre, donde en la fotografía de grupo podrás verme con gorro y gafas de sol, sujetar uno de los picos de la bandera de Cantabria.
IRRESPONSABLES EN LA MONTAÑA
A la montaña hay que tenerla respeto, aunque pululan muchos irresponsables que carentes de unos medios técnicos mínimos y con una preparación física precaria, no solamente se ponen en peligro ellos, sino que provocan situaciones desagradables en el grupo que los acompaña. Vimos gente agotada o con el mal de altura tirada en la nieve semiinconsciente, siendo reanimada o bajada por los guías o por compañeros.
En nuestro grupo el comportamiento fue modélico ya que algunos, con problemas físicos, decidieron no hacer cumbre y otros en el camino cuando comenzaron a notar síntomas de agotamiento o la aparición del mal de altura (mareos y dolor de cabeza), dieron un ejemplo de comportamiento cívico y de compañerismo, volviéndose al refugio para no provocar una carga al grupo.
ACCIDENTADO DESCENSO
Los peligros en la montaña no se circunscriben solamente en la subida, ya que la bajada entraña incluso más peligro que el ascenso.
Fue en plena bajada y a escasos 200 metros del refugio donde íbamos a comer cuando, sufrí un percance que paso a explicarte, aunque todavía hoy desconozco los motivos por los que se originó. No sé si fue producto de una mala pisado o que se me trabó un crampón con otro (lo más probable), el caso es que me caí por una pendiente, con la mala suerte de golpearme la frente, nariz y hombro con una rocas.
EL EQUIPO DE RESCATE
Inmediatamente se personó en el lugar el equipo de rescate compuesto por dos excelentes deportistas como son Goyo y José Ramón, a los que acompañaba Rocío una guapa, a la vez que simpática, y excelente enfermera y matrona, que me auxiliaron en el lugar del accidente, para acompañarme hasta el refugio, donde Rocío, con la ayuda del sanitario del mismo, tras desinfectarme las herida, procedió a darme un punto en la nariz, que fue la parte más dañada. A todos ellos quiero darlos las gracias por su comportamiento y atenciones hacia mí.
Yo tomé contacto con África durante mi pasada etapa en el servicio militar, ya que lo hice en Ceuta, pero puede asegurar que esta nueva incursión ha dejado en mí una huella permanente, en forma de cicatriz.
CONFLICTO DIPLOMÁTICO
Durante el viaje, algunos compañeros tomaron contacto con un pasajero que no era del grupo, el cual manifestó su agrado y empatía por nuestro viaje, ajeno al final que le esperaba. No tuvo la precaución que tuvimos nosotros de llevar un bolígrafo, así que tardó mucho en rellenar el impreso de entrada, hasta el extremo que cuando lo hizo, ya habían dado por terminado los funcionarios su jornada laboral, por lo que tuvo que pasar la noche en el aeropuerto. A la mañana siguiente, cuando se dispuso a formalizar los trámites, el funcionario detectó que su vuelo no se correspondía con el del día con el que pretendía acceder al país, por lo que levantó sospechas. Trasladó dichas sospechas a su superior, el cual pudo comprobar que el pasajero tenía un cierto parecido físico a Puigdemon, ya que además de tener gafas, lucía un gran flequillo. No se lo pensó dos veces y, ante la duda, procedió a retenerle el pasaporte hasta que se solucionase el conflicto. Tras hacer las pertinentes consultas a la embajada española, se comprobó que el pasajero nada tenía que ver con el líder del separatismo catalán. Todos estos trámites, como es de suponer supusieron el tiempo suficiente como para que el pasajero tuviese que volver sin que ni si quiera hubiese logrado entrar. Nuestra sorpresa fue mayúscula cuando a nuestra vuelta, nos lo encontramos de nuevo en el aeropuerto, escoltado por dos policías con una orden de expulsión del país, por haber permanecido una noche en el aeropuerto, bajo la acusación de ‘permanecer en zonas restringidas y estratégicas, sin consentimiento de las autoridades’.
Todo esto da lugar a una moraleja: si tienes intención de ir a Marruecos lleva un bolígrafo, no seas demasiado escrupuloso ni exigente con la higiene y, por último, si tienes flequillo péinatelo, para no levantar sospechas entre el funcionariado marroquí.
AGRADECIMIENTO
Quiero dar la gracias a Orza por habernos brindado esta oportunidad y más concretamente a Lipe por liderar la expedición. Gracias también a nuestros guías Mohamed y Husein, (al que cariñosamente españolizamos su nombre pasando a llamarle Joselín), que estuvieron permanentemente pendientes de todos. Gracias también a todos los compañeros del grupo, especialmente a Goyo y Nando, que son con los que compartí habitación y con los que no tendría inconveniente en volverlo a hacer, sobre todo porque no roncamos ninguno de los tres.
Por último quiero compartir contigo estas bonitas imágenes, para que las disfrutes tú también.
Me alegra volver a saber de ti y que hayas salido de la aventura lo mejor parado posible después del accidente sufrido.
ResponderEliminarEnhorabuena
GUSTOSO ESTOY LEYENDO TUS AVENTURAS Y PWEIPWCIAS POR TIERRAS DEL INFIEL. GRACIAS POR HACERNOS PARTICIPES SW TAL EPOPEYA ESPERANDO LA PROXIMA , YA QUE ERES JOVEN.
ResponderEliminarUN ABRAZO CAMPEÓN ...tOÓ
Me alegro de que lo hayáis pasado bien y tu caída no te haya mermado facultades para la próxima que seguro yalay tendrás en mente
ResponderEliminar¡¡¡ BRAVO AMIGOS !!!
ResponderEliminarLa historia, también la escriben los bravos aventureros, como vosotros, que, aunque no salgan en los Telediarios ni en la Prensa nacional, merecen nuestros aplausos y reconocimiento.
¡ Gracias por el relato y las fotos !