El histórico palacio del Conde Mansilla de Los Corrales de Buelna se ha unido al triste elenco de bienes del patrimonio cántabro atacados sin piedad por los aficionados a los grafitis. No es la primera vez, pero los responsables del cuidado de esa casona del siglo XVII ya están hartos de limpiar las pintadas que los jóvenes que quedan en la fachada que da al noroeste hacen en lo que fue uno de los accesos al interior del edificio.
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