01 octubre 2018

JUVENTUD BIEN PREPARADA

Tengo un amigo que tiene una tienda de golosinas, sabe que soy maestro y me pregunta que si en la escuela enseñamos a sumar y restar. Según relata, muy pocos de los niños que van a su tienda ('uno de cada diez') saben manejar el dinero; se limitan a dejar monedas sobre el mostrados y esperar a que él haga el cambio, o les diga si falta algo. Yo supongo que calcular si saben, no creo que sean todos incapaces. Pero hay que fijarse en que, antaño, en la escuela no enseñaban a manejar el dinero, y sin embargo sabíamos. Y he tenido alumnos gitanos que no hacían gran caso de lo que ensañábamos, y, sin embargo, calculan dinero estupendamente. ¿Cuál es el problema entonces? Primero, decir que es seguro que esto que me cuenta no ocurre igual en todas las culturas: habrá que mirar dónde están las diferencias. Y segundo, que yo creo que es incapacidad por falta de costumbre, y ésta por exceso de facilidad y comodidades: nuevas tecnologías que te lo dan hecho y padres, que quizás también lo dan todo hecho por falta de tiempo o porque, para ellos a su vez es más cómodo ‘dar un pez’ que enseñar a pescar. Suponiendo que los padres sepan siquiera, claro, que sus hijos son así de torpes con el dinero. Y luego, en la escuela, resulta que los docentes hablemos de aprendizaje por competencias … De todas formas, quizás en el fondo saben que ya hay países donde el dinero en metálico apenas se usa: basta con saber escribirlo en la pantalla de un móvil.
Adolfo Palacios González, corraliego residente en Santander, en Cartas al Director de El Diario Montañés.

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