28 noviembre 2018

SIN PRIVARSE DE NADA

Al chalet con piscina de Pablo Iglesias se le dio el visto bueno y parece que el tema se ha olvidado, pero todo ello es penoso, y podría ser síntoma del estado en que se encuentre la cultura de la solidaridad en España. Hay gente que es de izquierdas por espíritu vengativo, por envidia, por egoísmo, por diferentes razones. Muchos históricos de la izquierda defenderían sin embargo que la solidaridad con los humildes es la razón de sus esfuerzos y de sus organizaciones, aunque no creo que podamos decir que la solidaridad sea patrimonio de la izquierda (así como tampoco que todo se resuelva en esa manida dicotomía política). En cualquier caso, el dinero que cuesta un chalet como ése, con demasiadas cosas que sobran para una vida normal, es dinero que se podría donar, emplear, dinero quitado digamos, a los que tienen menos y lo necesitan más. Vale que uno emplee el dinero, con un cierto pudor, en ahorrar para sus dolencias, para su vejez, o para sus parientes pobres, pero con un poco de vergüenza no se lo gasta uno en cosas que, muchos que lo están pasando mal, sin duda tacharían de lujos. Entre ésos, no entre los inscritos, habría que haber hecho la encuesta. Y eso sí que sería "pisar la calle". Hay personas para quienes el dinero tiene mucho valor cuando se trata de darlo a otro, en tanto que, cuando lo gastan para ellos mismos, parece que tiene poco valor. En fin, decía Gandhi que, aquél que no es capaz de ayunar, en la lucha social poco podemos esperar de él.
Adolfo Palacios González, para Cartas al Director, de El Diario Montañés.

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