21 diciembre 2018

RARO EMPEÑO

En una entrevista, el filósofo Gustavo Bueno era confrontado a un cristiano, el cual aducía que lo suyo era cuestión de fe, que él no intentaba convencer a nadie. Bueno, conocido por su ateísmo, clamaba: "No vale, usted tiene que convencerme a mí, demostrarme que su creencia es conveniente, adecuada". Con el nacionalismo veo que ocurre parecido: ¿Existen nacionalistas catalanes que no sean catalanes? Fuera de Cataluña no conozco a nadie que crea en la independencia como una necesidad imperiosa, irrenunciable. Puede haber, a lo sumo, personas que defiendan un referéndum para Cataluña. Y conozco, después aparte, gente que defiende los derechos de los negros, de los palestinos, de las tribus desplazadas... pero separatismo catalán, sólo veo que exista dentro de Cataluña, no en Lugo ni en Badajoz. ¿Por qué? Porque no hay motivos argumentables; si se tratase de una causa normal, como las luchas que se libran a diario a lo largo y ancho de este mundo, hace tiempo que los partidarios de la escisión habrían emprendido una campaña para convencer a los que no lo son, para llegar a ser mayoría. Se promoverían debates, se mostrarían las ventajas... (ventajas para qué, y para quién, claro). Pero es como el oponente de Gustavo Bueno: aquí nadie ha tratado nunca de convencer, de llevar a su terreno. El que es, es. Como mucho hemos visto justificaciones, a base de supuestos agravios. Eso, aparte del adoctrinamiento, del hacer ver que "los otros" son obstáculos, enemigos históricos... Así ¿van a convencer a la otra mitad de los catalanes? Es que ni siquiera lo intentan.
Adolfo Palacios González, en Cartas al Director de El Diario Montañés.

1 comentario:

  1. Anónimo5:18 p. m.

    A veces los árboles no nos dejan ver el bosque. Los nacionalistas son nacionalistas porque consideran que ellos, los de su comunidad, vivirían mejor si se administrasen por sí mismos, dado que saben que su PIB es superior al del resto y por tanto, su colaboración con los demás estaría sujeta a la satisfacción primera de sus necesidades internas. Les inflama ver como otros disponen de lo que ellos generan creyéndose más inteligentes al saber crear más riqueza que el resto. Este planteamiento está en sintonía con lo del presidente TRUMP, es decir, los nuestros primero.
    Lo que ya no resulta tan comprensible es la `postura del PSOE, tan contemplativa con estos colegas pues si no estoy equivocado, el socialismo predica la redistribución de la riqueza y la igualdad en derechos y prestaciones de todos los ciudadanos.
    Como en nuestro sistema sólo puede gobernar un partido de implantación nacional puesto que los nacionalistas jamás tendrían votos suficientes, pues tienen ahí la excusa para presentarse como víctimas del sistema y explotados por el resto de vagos y maleantes de nuestra piel de toro.
    Un solución satisfactoria a este problema es de difícil logro y me temo que ésta no llegará utilizando los paños calientes. Luego alguien se extraña de que aparezcan los radicalismos.
    Esto es un "Déjà vu".

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