20 enero 2019

EL RÍO REDONDO Y EL BARRIO DE SAN ANDRÉS.

Antes de comenzar mi escrito, quiero agradecer a las muchas personas que me han ayudado con los nombres de los sitios a los que me refiero en el estudio sobre el Río Redondo. Quiero referirme a la persona que me cogió el teléfono del Grupo de Montaña Orza. Me dio todo tipo de información y me dio nombres de las personas que me podían ayudar. No me puedo olvidar de Francisco Macho, que como me dijo es el dueño del caserío Pepín. Le encontré en la calle y me dedicó un tiempo, para mí precioso. Una persona con una cantidad de información extraordinaria en cuanto a los nombres que se utilizan en nuestros montes. Me aclaró muchas dudas y me generó más, pero me dedicó su tiempo. Y por último a José Luis Fernández Álvaro que me acompañó a visitar la zona y a explicarme todas las dudas que se me iban generando. Gracias a todos. Sería una pena, que lo que esta gente sabe de nuestros montes, se perdiera.
En los últimos meses son frecuentes las noticias que salen en la prensa dedicada al rio Redondo, situado en el Barrio de San Andrés, dentro del Pueblo de Somahoz y el Municipio de Los Corrales de Buelna. Referencias relacionadas bien, con la construcción de una pasarela para el paso de peatones obien con la construcción de un nuevo puente.
Mi contacto con el río Redondo, hasta hace unos pocos años, ¿ponemos siete?, se limitaba a caminar hasta la última casa del barrio de San Andrés. Poco a poco me he ido adentrando a lo largo del rio, le he ido conociendo y viendo la riqueza que tiene con sus cascadas, arbolado, etc. Y sobre todo, que siempre te encuentras a personas que están dando un agradable paseo.
En estos paseos encuentras personas que te cuentan cosas, que te dicen las dificultades del paseo, las zonas donde nace el río, la zona donde el rio se divide, etc.
Estos contactos con la gente me permitieronconocer el nombre del río. Yo no sabía que tenía nombre. Una tarde, paseando por la zona con mi esposa, preguntamos a dos señoras del pueblo, que también estaban paseando, si sabían cómo se llamaba el rio, si tenía nombre. Una nos dijo que no lo sabía, la otra nos dijo que se llamaba río Redondo. Es el momento en el yo descubrí el nombre del río: Redondo.
A partir de aquí mis conocimientos fueron creciendo gracias a la información de los vecinos y paseantes. Descubrí que el rio Redondo desemboca en el río Besaya en la zona del puente de hierro por el que transita el ferrocarril. A medida que nos dirigimos hacia el nacimiento del río, nos encontramos con el puente, y, sin atravesarlo, continuamos nuestro camino hasta un antiguo molino que funcionaba a finales del siglo XIX. De hecho en el dintel de la puerta aparece una inscripción en que está clara la fecha 1885, y otras letras que parecen indicar algo así como “Posgelin”. Este parece ser el nombre con que se denomina el molino. Continuando nuestro camino, llegamos al depósito de agua, al lado de una casa, lugar donde se va a producir una separación del río. Hacia la izquierda, y subiendo la montaña tenemos al río Redondo que va a continuar hasta su nacimiento en la Peña del Salce. Hay que decir que, hay un pequeño afluente que desemboca en el rio Redondo, izquierda según subimos, que al parecer nace, o se denomina, el Regatón del Saltón.
Y hacia la derecha, nos dirigimos a la zona por donde el afluente es conocido como Canal de las Tejeras. Este nombre, presenta algunos pequeños problemas. Hay vecinos que me comentan que ellos siempre han utilizado el término de la Canal. Mi desconocimiento es absoluto, lo que si he podido observar es que hay un indicativo, hecho en madera, en el que se indica claramente Canal de las Tejeras. Por otro lado, al contrastar el mapa topográfico de la zona también hace referencia al rio de la Canal de las Tejeras. Igualmente, he visto algunas referencias de caminantes que publican en internet sus paseos por la zona y se refieren a “arroyo de la Tejera”
En todo caso, utilizo el nombre oficial, dejando constancia de los utilizados por las personas que conviven diariamente en la zona. El Canal de las Tejeras, es el ramal que con más frecuencia he realizado, porque es, sin lugar a dudas, el más bonito y el más transitado. No en vano, nos encontramos con las maravillosas cascadas que existen en este lugar, se habla de once cascadas. No las he contado. Pero de lo que si estoy seguro que sería una buena fuente de visitas turísticas si se promocionara más. El nacimiento del rio de la Canal de las Tejeras se situaría en los alrededores de la Braña Tocornal. (Si hay algún error en los nombres es culpa mía, no en los que me informaron)
Esa es la fuente de información personal tan importante que he tenido en este tiempo, pero además como viene siendo habitual, siempre me adentro en las Actas municipales para ver qué información podemos extraer sobre el peso que ha supuesto este río, en la vida de los habitantes del barrio San Andrés a lo largo de los primeros años del siglo XX, y me refiero a este período, pues no he visto ninguna referencia en el siglo XIX, al menos desde el año 1835.
En principio podemos obtener algunos datos que parecen contradictorios. Si nos recordamos del puente Renero, vimos que en las Actas no hay ni una sola contradicción, pues en todos los documentos oficiales se utiliza ese nombre. En cambio, cuando nos enfrentamos al río Redondo las contradicciones son frecuentes en muchos aspectos. Veamos cuales son las contradicciones:
1.- La primera, y la menos trascendental, es la referencia como arroyo o como río en las Actas municipales. Lo más frecuente es la utilización de “río”, “arroyo” solo aparece una vez.
2.- Más significativa es la contradicción el nombre del río. Básicamente, en las Actas del Ayuntamiento el nombre del rio que atraviesa el barrio de San Andrés, es el rio Redondo. Pero, también es cierto que algunas ocasiones, en concreto en 3, se utiliza el nombre de rio Arredondo, concretamente en el año 1907, 1918 y 1919. En todo caso, cuando se accede a la lectura del Diario Montañés, día 29 de Mayo de 2014, nos encontramos con que Nacho Cavia hace referencia a la limpieza de alguno de los ríos de nuestro municipio y en concreto utiliza el nombre de Arredondo. Con lo que ya tenemos cuatro referencias a este nombre, tres que encontramos en las Actas y otra utilizada por Nacho Cavia.
3.- Más complicado es el nombre que recibe el puente que atraviesa el rio Redondo. En 17 ocasiones hay referencias al nombre del puente y se refieren con 5 nombres diferentes, diferencias que se concretan en la utilización de unas letras u otras. El nombre más utilizado es el de puente de Bandebarreda, concretamente 11 citas; le sigue Baldebarreda, con 3 citas; y por último, aparecen los nombres de Vandebarreda, Bandevarreda o Valdebarreda. En estos tres nombres tenemos una sola referencia.
Llama la atención que la utilización de estos nombres se concreta en el año de 1933 y que no habido cambio de Secretario en el Ayuntamiento, y parece que ninguno de los Concejales que integran el Ayuntamiento, ni el Alcalde de Barrio de Somahoz ponen ninguna objeción a la utilización de cualquiera de estos nombres para referirse al puente.
El corresponsal del Diario Montañés, Don Nacho Cavia, utiliza en un artículo que se publica el miércoles, de 21 de Noviembre de 2018, en el periódico el nombre de Bandebarreda. Pero si nos trasladamos al artículo publicado en el Diario Montañés el día 29 de Mayo de 2014, vemos que utiliza el nombre de Valdebarreda. Por otro lado, al observar un cartel sobre el Trial Monte Brazo, organizado por el Grupo de Montaña ORZA, se cita las zonas por donde va a discurrir la prueba y se escribe lo siguiente: “…el Cueto, Bandabarreda, la Canal,…”En definitiva, se utiliza el nombre Bandebarreda, pero el Grupo de Montaña ORZA, cuando utiliza este nombre ¿se refiere al puente u otro lugar? El señor Macho al preguntarle por el nombre de Bandebarreda no lo dudó: el sitio de Bandebarreda se sitúa en el lugar en el que actualmente los vecinos de San Andrés se sientan a pasar la tarde, y donde hay una “cabaña”. Antiguamente, me dijo, que allí había un potro donde se herraban a los animales. Lo cual me creó más dudas pues, en las actas, se afirma que el puente Bandebarreda facilitaba la comunicación de las dos partes del barrio San Andrés. En fin, cosas que con el tiempo habrá que precisar.
En todo caso, estamos reproduciendo lo mismo que se observa en las Actas: nombres distintos para el mismo puente.
En todo caso, para mí la utilización de un nombre u otro me parece complicado. No nos ocurre a lo que veíamos con el Puente Renero, en el rio Besaya, en que todas las referencias que aparecían en las Actas siempre era el mismo: puente Renero.
En todo caso utilizaremos este nombre de Bandebarreda, mientras no aparezca ningún dato que lo contradiga, debido a que ese el nombre más frecuente y, fundamentalmente nos clarifica más las cosas que si tenemos que estar utilizando los otros 5 nombres.
Otra aclaración, que creo que debemos tener en cuenta, a la hora de hablar de la existencia del puente de San Andrés, es el papel que jugó una persona llamada Don Germán González Rubín. Esta persona el 14 de Abril de 1931, cuando se proclama la II República, aparece como Concejal de Ayuntamiento, y el 5 de Junio del mismo año, cuando se constituye una nueva Corporación municipal, también aparece como Concejal. ¿Era un vecino de pueblo de Somahoz ó del barrio de San Andrés? Lo desconozco. Posiblemente a través de los apellidos podemos descubrir su lugar de residencia. Lo que si tengo muy claro es que se preocupó por sacar adelante proyectos que beneficiaban a los vecinos del pueblo de Somahoz y, más concretamente,de los que residían en el barrio de San Andrés. Esto es evidente en la realización del puente de carretero y de cemento armado que se va a construir en dicho barrio. Pero también hay una preocupación por introducir el alumbrado público o la instalación de una fuente pública que beneficie a todos los vecinos. Creo que es conveniente hacer esta exaltación de esta persona. Tenemos que tener en cuenta que durante este período, también existe un Alcalde de Barrio, D. Máximo Díaz Campuzano como propietario, y D. Cesáreo Terán Aguado, como suplente. Pero, ninguno de los dos hizo nunca ninguna solicitud en esta dirección. También es cierto que sus funciones, básicamente se centraban en transmitir las disposiciones que emanaban de la Corporación municipal y hacer que los vecinos del barrio las tuviesen en cuenta y las cumpliesen.
Pasemos a ver lo que podemos extraer de lo que nos dicen las Actas. La primera referencia se sitúa en octubre de 1901, en la que se deja constancia de la existencia en este momento de un puente en el barrio de San Andrés; es cierto que no hay constancia de encontrarnos ante un puente peonil o carretero, pero se puede deducir que estamos ante un puente peonil.
En el año 1907, nos encontramos con mayor número de referencias no tanto al puente como a los daños que está causando el río Redondo, hay que indicar que es en este momento cuando se habla del rio de Arredondo. La situación se plantea cuando se dota al Alcalde de Barrio de Somahoz de cien pesetas para que proceda a hacer una reparación en la carretera y lo que sobre, se emplee en “la construcción o reforma de un muro en la margen izquierda del rio Redondo en el barrio de San Andrés.” Meses más adelante se habla del rio Arredondo, al que hay que proceder a la reparación del muro que está frente al arco de la vía férrea. Este dato es interesante pues se comienza a hablar de la necesidad de la reparación del muro, no solo porque afecta al barrio de San Andrés, sino también por que puede tener consecuencias sobre la vía férrea. De aquí que el Alcalde del municipio, en este momento, Don. José María Macho Pérez, se dirija mediante un oficio, al Ingeniero Jefe de Sección de vías de obras del ferro-carril del Norte, para indicarle los daños causados por una fuerte avenida y la necesidad de proceder a su reparación. El Alcalde considera que ambos están perjudicados y que es necesario llevar a cabo dicha reconstrucción, con la colaboración de ambas entidades, colaboración que se concretará de manera proporcional a la cuantía de la obra. Comprometiéndose el Ayuntamiento a colaborar además, en emplear obreros o en el acopio de materiales a la obra.
En el 17 de Diciembre de 1907, parece haberse llegado a un acuerdo entre el Ayuntamiento y la Empresa de ferrocarril y se propone que una persona competente realice un estudio de la situación y haga un estudio en dos direcciones: ver si es más conveniente hacer la reparación del muro o, por el contrario, proceder a una nueva canalización del río. En ambos casos, deberá indicarse el presupuesto de uno y otro supuesto. Con esta información en las manos, el Ayuntamiento decidirá la solución por la que se decanta.
¿Por cuál de las soluciones se decantó? La verdad es que las Actas no permiten descubrirlo, pues a partir de este momento las referencias a rio Redondo o al puente son muy escasas, apenas unas 3 referencias en las hablan de los gastos ocasionados en la construcción o reparación del puente. Concretamente, estas referencias se producen en el año 1918 y 1919, dándose la particularidad de que en ambas ocasiones se utiliza el nombre de rio Arredondo.
En todo caso, las cosas cambian a partir de los años treinta. Así en septiembre de 1931 el Señor Germán González Rubín, Concejal del pueblo y, por tanto, componente de la Corporación municipal, plantea la necesidad de construir un puente de carro, en el sitio de Bandebarreda, que permita facilitar la comunicación de las dos zonas del barrio de San Andrés. Esta petición, pasará a valoración de la Comisión de Fomento, como primer paso, para llevarlo a cabo. En el mes de Octubre de dicho año, la Comisión de Fomento ha llevado a cabo su informe, la elaboración del plano, las condiciones de elaboración del puente, así como el presupuesto del mismo. A partir de aquí, el Ayuntamiento deberá tomar en consideración el informe, y ver las posibilidades económicas que posee la Corporación para poder llevarlo a cabo. No se debió tomar, pues el Señor González Rubín, en febrero de 1932, vuelve a interesarse por la construcción del puente solicitado, pero la contestación que recibe es que esa obra corresponde a un presupuesto extraordinario y que no es el momento. Lo quesí parece claro, es que el puente debe ser de carro y, además de cemento, eliminando la utilización de madera, lo que lógicamente daría más seguridad y más resistencia a las frecuentes riadas que se producían en la zona. Pero el Sr. GonzálezRubín vuelve a insistir, en el mes de mayo del mismo año, en la construcción del puente que está aprobado por la Corporación, lo cual es cierto, pero también es cierto que no hay consignación para dicha obra.
Todo parece que va a cambiar en el año 1933. Es cierto que, sigue siendo el Sr. González Rubín, quien insta a la Corporación municipal a que saque a delante la construcción de dicho puente y la Corporación siempre le responde con “loveremos en la próxima sesión”. Y ante la insistencia del mismo, la Corporación le contesta que no hay nada en firme. Esto, de alguna manera, contradice lo que se había acordado el 3 de octubre de 1931 cuando la Comisión de Fomento había presentado el proyecto, planos, etc.
Las cosas parece que cambian verdaderamente cuando en Julio de 1933, ante la insistencia del Sr. GonzálezRubín la Corporación acepta designar una nueva Comisión de Fomento, integrada por los Concejales Srs. Sendino, F. Quintana y F. Ugarte para que informe de la necesidad del construir el puente y si este debe ser peonil o carretero. La propuesta de la Comisión de Fomento es que se debe de construir un puente carretero, sacando a subasta su construcción, con arreglo que al proyecto, presupuesto y condiciones que existen en la Secretaria. Recordemos que el 3 de Julio de 1931 se dice: “Presentado por la misma Comisión de Fomento, el informe, plano, condiciones y presupuesto de la construcción de un puente para carro en el sitio llamado Bandebarreda, en San Andrés” Es decir, que todo estaba hecho, salvo la voluntad de llevarlo a cabo y el tener disponibilidad económica por parte del Ayuntamiento.
La subasta de la obras, se llevó a cabo el día 7 de Septiembre de 1933, siendo el mejor postor el Sr. Emilio FernándezPérez, con la cantidad de 1399 pesetas con 30 céntimos. A partir de este momento, la adjudicación de la obra es definitiva en dicho señor, que puede iniciar el trabajo de construcción del puente de Bandebarreda. Las obras dan comienzo, y tras algunos inconvenientes, como puede ser la necesidad de adelantar, por parte de la Corporación, la cantidad de 300 pesetas para su construcción, o no haber incluido la necesidad de mejorar los accesos al futuro puente, tanto a la entrada como a la salida, ya que implicaba un incremento de la obra en 130 pesetas. En Octubre se da por finalizada la construcción de dicho puente.
Efectivamente, el 31 de Octubre de 1933,Don Emilio Fernández entrega un escrito a la Corporación, indicándoles que la construcción ha terminado. Así todo, la recepción de la obra no se lleva a cabo mientras la Comisión de Fomento no haga una valoración de la misma. Valoración que no es posible pues, uno de los componentes de la Comisión, el Sr. Sendino, no está presente.
En todo caso, la recepción de la obra no va a ser sencilla, pues el 29 de Octubre, el Sr. Sendino se dirige a la Corporación poniendo “en conocimiento que el puente allí construido por el Contratista Don Emilio Fernández, adolece de bastantes deficiencias y por tanto está muy mal construido.” Días más tarde, nuevamente aparece la figura de Don. GonzálezRubín, para solicitar que se hagan las pruebas necesarias para comprobar la resistencia del puente. Así a finales de Noviembre, se señalan a algunas deficiencias que hay que comprobar. Parece que los estribos del puente no presentan ninguna alteración, pero no sucede lo mismo con lo que es el tablero de hormigón armado. Así que se propone “que se someta al puente aprueba con un peso de 2500 a 3000 kilos con arena en sacos de cemento colocados en el centro”. Para la supervisión de la prueba se nombra a Don Julián Quintana.
El resultado de las pruebas a que fue sometido el puente de Bandebarreda, llevadas a cabo bajo el control de Don Julián Quintana dio como resultado lo siguiente: “Primero.- Sometido el puente referido á prueba con un peso de 2.875 kilos de arena y piedra en sacos de cemento, por espacio de 20 minutos, descendió dos milímetros y medio. Segundo.- Que al retirar la carga mencionada el descenso que había tenido el puente volvió a su primitivo ser. Tercero.- Que á juicio del técnico informante estima que dicho puente puede recibirse teniendo en cuenta que las pruebas á que ha sido sometido responden á su estabilidad, pues si bien en el centro del tablero existe una pequeña flecha, esta puede obedecer á la falta de construcción” La Corporación enterada de lo que se manifiesta en el informe, acordó aprobar el mismo y proceder a la liquidación del importe de la obra al contratista.
El barrio de San Andrés, ya tenía un medio de comunicación de las dos zonas del barrio, limitando los problemas que causaba el desbordamiento del río Redondo en determinadas partes del año. En todo caso, los problemas no van a acabar. En los años 1934 y 1935 hay frecuentes referencias al río y al puente.
En marzo de 1934, el Alcalde de Barrio de Somahoz informa de la daños causado por las crecidas del río Redondo, motivadas no sólo por las crecidas sino también por la basura y escombros que existen en el río y en el puente. La Comisión de Obras y el vecino Sr. González Rubín, nuevamente presente, van a ser los encargados de elaborar un informe. Este informe dio como resultado la necesidad de llevar a cabo una acción profunda, que en este momento se centra en la limpieza del puente, contratando a operarios que extraigan los escombros del puente, con un importe de 78 pesetas. Quedando al cargo de dicha obra el Concejal Sr. González.
En todo caso, esto va a generar un cierto enfrentamiento en la Corporación municipal entre los que defienden llevar a cabo una reparación del puente y la limpieza del rio y otros los que defienden el centrarse exclusivamente en la reparación del puente. Así el Señor Fernández Ugarte afirma que hay un informe que habla de que la reparación del puente y limpieza del río puede ascender a 395,90 pesetas. En cambio el Sr. Sendino afirma que el informe solo habla de la reparación del puente y no de la limpieza del rio. Ante la falta de acuerdo entre las personas que integran la Comisión, el presidente que ve la necesidad de realizar las obras, establece el traslado del informe a la Comisión de Obras.
A partir de este momento, el 22 de Septiembre de 1934, no hay ninguna referencia al problema en las sesiones que se van a realizar a largo del año. Habrá que esperar al año 1935 para obtener más información.
Efectivamente, nuevamente al trasladarnos a las Actas de 1935, nos encontramos con referencias al río Redondo y su puente. Ya, a principios de Enero, se habla de la realización de la reparación del muro del río Redondo, así como de la limpieza del mismo río. El Ayuntamiento es consciente de la necesidad de llevar a cabo ambas obras, pero hay que tener en cuenta que, las crecidas del río no posibilitan llevar a cabo dichas obras hasta que el tiempo no cambie. Esto parece que se lleva a cabo a partir del 14 de Abril, cuando la Corporación accede a llevar a cabo las obras en río Redondo, eso sí, que la limpieza del río se haga por la administración y la reforma de los muros por subasta.
La limpieza del río se llevó a cabo de manera inmediata pues, en Mayo se pagan a Antonio Venero 28 pesetas por los trabajos de carro en la limpieza, y a Gregorio Pérez Marcano 79,50 pesetas por materiales de arreglo del rio.
En definitiva, ¿qué es lo que va a suceder con el río Redondo y su puente a partir de 1936? La verdad es que habría que seguir investigando en las Actas, pero siempre me he movido en los márgenes de 1835 hasta 1935. A partir de aquí, que sean otros los que investiguen. Yo he cumplido con mis objetivos: adquirir conocimientos de nuestro Ayuntamiento y de sus pueblos, bien a través de sus vecinos, bien a través de las Actas y, además, como siempre, me he divertido.
Por otro, lado el río Muriago está esperando.
José Francisco López Mora

No hay comentarios:

Publicar un comentario