18 febrero 2019

EVOLUCIÓN DE ESPAÑA

Es interesante recapacitar sobre cómo hemos cambiado nuestra percepción los españoles, como ciudadanos y como sociedad, para valorar los cambios, si son a mejor, a peor... En la televisión de la Transición, era normal aludir a los "hijos de papá" como gente (unos cuantos, entonces) que había descarrilado del orden social convenido y se daba a la insolidaridad; veníamos de un mundo donde el rico debía sentirse avergonzado, y si no compartía o no cesaba en su codicia acabaría en el Infierno. Después se fue abriendo paso el anonimato, la indiferencia, el sálvese quien pueda: las instituciones y ONG's se encargarán del tema, ya no era asunto de todos juntos, ni de reprimirse uno mismo. Se ha notado la desaparición de la confesión. También, se hablaba de marginados. Después desapareció el término y hasta el concepto, los "márgenes" son ahora muchos y diversos, demasiados para abarcarlos con preocupación específica, y tampoco está claro que "nosotros" (el centro, los que estamos en la opinión pública, o publicada) seamos algo homogéneo y bien autocomunicado. La responsabilidad social se ha diluido y especializado, somos una sociedad menos rural; aunque hay países donde, a pesar de la vida urbana, esos rasgos presuntamente comunales y tradicionales se mantienen vivos, como son aquéllos donde florece la llamada banca ética, los partidos verdes... Y donde no hay tanto paro, tanto sueldo mísero y tanta desigualdad.
Adolfo Palacios González, en Cartas al Director, de El Diario Montañés

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