Jordi se presenta desde su cama, desperezándose. Contándonos cuál es su rutina diaria, su "día a día". Se ducha, desayuna y abre el ordenador para seguir buscando trabajo. Nos descubre su currículum impecable, con una experiencia que abruma para un joven de su edad. Confiesa que trabajaba en una consultoría que prescindió de él en plena crisis y admite que echa de menos trabajar. El teléfono suena, le convocan a una entrevista y acude nervioso. Leyendo sus méritos, el jefe le pregunta cómo es posible que esté en el paro: "Porque tengo 59 años".
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