13 abril 2019

DEJAR PASAR

Leo en el periódico que a unos chicos, después de dañar el tren con pintadas, los dejan en libertad sin más. Por lo visto no importa que los daños sean cuantiosos, ni reiterados, ni que uno de ellos se tirase de una valla con los pies contra el pecho de un guardia. Leo después a Diego Carcedo, contando que muchos chinos se están sacando títulos universitarios en España, con tesis que alguien les hace, sin que ellos controlen un mínimo de español; y por lo visto no se le ocurre preguntarse si será que en España hay más dejadez a la hora de dar un título a quien no muestre idoneidad real, no me imagino en Francia dando el pase a quien evidentemente no sabe lo que está escrito ahí. Quiero dar mi voto a un partido que de una vez por todas no deje pasar cosas que no se pueden pasar, que son fáciles de atajar, mucho más que pillar a un pez gordo de guante blanco, que tendrá su dificultad aunque también haya que hacerlo. Pero, como en Sodoma y Gomorra, no tengo la esperanza de que ese partido cuente con suficientes colaboradores buenos para realizar su programa, o supuesto programa. Pensaba yo que es que los responsables estarán muy agobiados de trabajo, pero rascas un poco y ves que la ocupación es ir al gimnasio a adelgazar o ir a las rabas del domingo a mediodía. Decía alguien que, ya con el franquismo, esto era una dictadura, sí, "suavizada por el sistemático incumplimiento de las leyes promulgadas".
Adolfo Palacios González, en Cartas al Director, de El Diario Montañés.

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